Pasaje Aduaneros Desaparecidos

Y otra vez menciono a Medianoche en París, es que es inevitable por Dios…
Venís caminando tranquilamente y de golpe y porrazo ves esto, así en el medio, como no alucinar con que estás en París?
Estos rincones son los que hacen que ame más Rosario. Son como escapes, como si pudieses sentarte ahí y por ese rato vivir otro momento.
Te vas un hermoso libro, a disfrutarlo en soledad o con tu pareja o tu mascota. O tomás unos mates, o te sentas al solcito con música y ojitos cerrados.
Es un lugar romántico y pacífico a la vez. Un 14 de febrero a la tardecita, pasear por ahí con tu media naranja es lo más. O porque no recibir el día y ver los amaneceres increíbles de verano. Hermoso para fotos de bodas, o no???
A mi me tienta para ir a sentarme con un libro, una tardecita donde da mitad la sombra y mitad el sol, mi novio recostado sobre mis piernas, los pajaros cantando y paaaazzzz…
Ya verán, ideal para un stop! Y si están haciendo una caminata larga hasta el monumento, un buen lugar de descanso.

Parisinofilos atenti con este rincón, vecino medio timido de la Aduana. Estas escaleras con banquitos, bastante intimas y romanticas, tienen todo el oh la la que Manuelita de Pehuajo soñó tener sobre la caparazón alguna vez (¿?)
Ni idea lo que dije recién. Pero lo que pasa es que dos cuadras antes y dos cuadras después este espacio de la ciudad es increíble, su suelo de adoquines y con piedras que imagino que fueron traídas de algún otro lugar, este pasaje descontractura con mucho ímpetu el desnivel entre Belgrano y una parte muy pintoresca de calle Urquiza que culmina con el bar Pasaporte, que es de mi amigo El Negro Guillermo, que lo tiene como una pinturita francesa.
Además, su nombre, es en homenaje a los trabajadores de la Aduana desaparecidos en la ultima dictadura civico-​militar argentina.
Si no te convencí creo que estas muerto por dentro.

Este pasaje es realmente hermoso. Sus escaleras y descansos que se agrandan con canteros formando medios círculos, sus bancos que invitan a la reflexión y su alumbrado, hacen que el paisaje parezca sacado de una postal.
Es un lugar muy tranquilo, donde no suele haber mucha gente. Por este motivo, es un lugar donde se puede disfrutar el canto de los pájaros que de vez en cuando se ve opacado con alguna bocina o caño de escape de los autos que transitan por Avenida Belgrano. Éste pintoresco pasaje se encarga de unir dicha avenida con la calle Urquiza, que a esta altura, no es muy transitada.
Sinceramente, no voy tan seguido a este lugar, como me gustaría. Las veces que voy, lo hago sola. Pienso que este lugar es ideal para desconectarse un poco de la rutina, de las responsabilidades y las preocupaciones.
En conclusión, si algún día tenes muchas cosas en la cabeza y querés despejarte solo, o bien acompañando, este es el lugar indicado para hacerlo.

Este pasaje queda a menos de media cuadra de mi casa y es un lugar que me tranquiliza. Un lugar que te remonta a una callecita de los suburbios parisinos.
Une la primera cuadra de urquiza con Av. Belgrano. Hay enredaderas, florcitas y unos banquitos ideales para alejarse del caos que es el centro de la ciudad.
Está hermosamente iluminado y muchas veces me desvío un poco para poder pasar por ahí.
Muchos jóvenes van con sus novios/​as porque es muuuuy tranquilo, así que es común parejas besándose. Qué lindo el amor, ¿no?.