Quesorpresa Quesería

¡No sé cómo empezar esta reseña sin reírme del nombre de esta fiambrería! Para el común de los mortales de Rosario, un gran porcentaje de los aciertos de los negocios se ubica en el proceso de «naming» de quien está adelante del negocio. SI me preguntan a mí qué fiambrería se me viene primero a la mente, mi respuesta es automática: «¡QUESORPRESA!» Y, no es para menos. Camino a la terminal de ómnibus, en calle Cafferata 496, está esta fiambrería que no sólo ofrece lo que el nombre indica, sino que también podés pedir otras cosas menos acorde a una fiambrería, como tartas caseras o también milanesas… entonces notás que el «QUESOrpresa» les queda chico, o no, les queda perfecto, porque a la sorpresa de ir a comprar todos los productos para una suculenta picada, sumarle la posibilidad de una picada con carne, no tiene precio. En este caso sí lo tiene, y permítanme decirles que es un precio muy accesible, de esos que cualquiera de nosotros estaría dispuesto a pagar y… ¡SIN NINGUNA SORPRESA PARA EL BOLSILLO! Si venís de la terminal de ómnibus, y tenés que quedar bien con «la picada de la previa», te recomiendo que visites QueSorpresa.

Como siempre me gustó la creatividad, pero bien entendida, esa que va de la mano de lo que quiere comunicarse, hay en Rosario (más precisamente en Cafferata 496), una fiambrería que, desde hace años tiene mi atención. Porque cada día que voy camino al trabajo, el 146 –línea del transporte urbano de pasajeros que me tomo cada mañana– pasa por la puerta de este comercio: QueSorpresa. Una fiambrería que no sólo sale de lo común por el nombre. Porque cuando me decidí a comprar ahí mismo un día (de esos que uno anda de paso camino a la terminal de ómnibus Mariano Moreno), caí en la cuenta de que es un lugar del que se puede disfrutar de una muy buena atención. No sé si es por la cercanía de la terminal o por merecimiento del carisma de las personas que atienden el comercio. Cuestión que en la picada que me hice ese día (previa al asado, quiero aclararlo), no faltó el comensal que me preguntara dónde conseguí ese salame casero que con tanto gusto habían degustado mis amigos. ¡Eso sí que fue una gran sorpresa! Pero más lo fue el hecho de conseguir todo a precios que no son para nada caros. ¡El bolsillo también decide!

Esta quesería con nombre gracioso es mi preferida.
Las ofertas son excelentes, y enseguida me hago amiga de los precios y de las calidades.
La atienden una madre, creo y su hijo, sospecho.
La cuestión es que el trato es excelente, vuelvo siempre y ellos saben lo que manejan y venden.
Dentro de sus infinitas variedades, hacen de forma casera tartas, milanesas y venden sándwiches preparados con amor y muy lejos de los precios de los bares del barrio, esos me encantan, pareciera que me los hace mi mamá.
Tienen algunas cosas que jamás veras, como es una receta especial de salame, tipo matambre aplastado, pero salame al fin, calabrés y de un sabor único.
Los quesos son para dar y recibir, porque además de sus ofertas, encuentras autentica variedad de marcas y algunos que ni los conoces porque vienen directamente del campo.
Como buen semi almacén de barrio, te puedes surtir de bebidas, aceites, latas harinas y galletitas.
La tarta de zapallitos es mi preferida y me avisan cuando voy por si se me olvida.
Me encanan estos negocios y ruego que jamás desaparezcan porque odio el trato despersonalizado de los supermercados. Seguiré aposando por los negocios del barrio.