Coquito

No importa la hora, es parada obligada si pasas por la zona. No hay variedad de salsas ni otras opciones para comer, el combo ideal es el pancho y el licuado, clásico.

Hermosura de panchería histórica en San Isidro a la que caí de rebote hace unos días.
Lo primero que me sorprendió al llegar fue lo chico que es el lugar. No promete mucho en cuando a lo visual pero una vez adentro uno se puede acomodar y pedir uno (o mil) panchos. La comida de acá no tiene mucha vuelta: Salchicha alemana, pan calentito y punto. Pero le apuesto lo que quiera al que vaya que no sale comiéndose un solo pancho.
Otra cosa que me llamó mucho la atención fue, aparte de la calidez de los empleados, la colección de botellitas de Coca-​Cola que tienen.
Recomendado pasar al menos una vez si sos fan de los panchos.

Nada nuevo puedo agregar a las reseñas de esta panchería que ya es un clásico absoluto de San Isidro (a.k.a «shaishidro). No son gigantes, ni tienen miles de salsas, ni birra artesanal… pero no podés pasar y clavarte uno.
Está ubicado a una cudara de la Estación del Mitre, por lo que resulta parada obligada cuando bajás con un poco de hambre. El combo ideal son dos panxitos y un licuado, nunca menos.
El local es mínimo, apenas dos barras, y siempre está lleno pero aún así te atienden rapidísimo. Si andan por ahí, háganse el favor y prueben. Después me agradecen.

Justo en mi recorrido por San Isidro pase por la cuadra de Coquito, a una cuadra de la estación (la mejor ubicación de una panchería en la historia) un sábado lluvioso, con apenas dos personas dentro y vi que era mi oportunidad.
Riquísimos los panchos. Entre decidida a la barra pidiendo un pancho y una latita de coca. A medida que iba comiendo no podía creer lo rico que era, para colmo pedí coca como para hacer la ocasión más especial y clásica y cuando creí que iba a llenarme dije no y fui por otro. En verdad es riquísima la salchicha, también tienen todos los aderezos en recipientes limpios y prolijos.
Habré estado 20 minutos nomas y ya habían pasado tres personas que comían un pancho y nada más. Es genial el ambiente de «de paso». Sólo tienen una barra, con una pared espejada y del lado de los pancheros una repisa con mil botellitas y latitas de coca cola de todo el mundo y ediciones especiales.
Siempre se llena por su ubicación y su espacio chiquito pero hay que pedir uno para llevar aunque sea y si tenes tiempo, comerlo cerca para después pedirte otro y recién ahí irte tranquilo.

Los mejores panchos de zona norte. El pan es un espectáculo. Los demás como pancho 46 no le llegan a los talones.

5 estrellas sin duda, si no fuiste anótalo en la lista de pendientes. Los panchos de coquito son LO MAS! Dicen que si el lugar esta lleno debe ser bueno y coquito siempre explota!

Los mejores panchos de zona norte, excelentes. Ya sin entrar se huele ese olorcito a pancho que te dan ganas de irte a pedir uno. Encima son grandes. Eso suma

Ideal take away! Histórica pancheria del centro de san isidro. Los mejores pachos. De parado o con banqueta. Ideal para pasar y llevarse a casa si se esta apurado.

Panchos intergalácticos y cosas extras.
Para mi le pasa el trapo a varias pancherías. Si o si tenés que pasar por ahí si estás por San Isidro (que es diferente).

La panchería Coquito es, innegablemente un clásico de San Isidro.
Ubicada estratégicamente a metros de la estación de tren homónima, ofrece riquísimos panchos y, aparte, pebetes y servicio de cafetería. De todas formas, el pedido «clásico» puede sintetizarse en un pancho (suele alcanzar) y un vaso de Coca Cola.
La mejor muestra de su reconocimiento es que, a cualquier hora, siempre hay gente. Y, si bien es un local pequeño, a veces hasta es difícil encontrar asiento.
Todo el que pasa por la zona debería pasar a probar un pancho de Coquito.

Pancheria tradicional de san isidro
Si o si tenes que comer un pancho en coquito si venis a san isidro

Los panchos de Coquiiiiito, ¡tradición, culto y pasión de multitudes! Parte del folclore sanisidrenses por excelencia: salir de la estación del Mitre y pasar obligatoriamente por Coquito si tenemos hambre. Qué mejor.
En el barrio desde hace casi 60 años, Coquito alcanzó la fama norteña por la originalidad de la propuesta, allá por 1955: un local mínimo, solo una barra, algunas banquetas, una porción de mostrador a la calle y listo, nada más. Atención rapidísima, comida que no necesita cubiertos o platos, de bajo costo y veloz preparación. Y al lado de la estación. Señor Coquito, autodidacta del marketing allá por 1955, tenía razón: no hay nadie en el barrio que no haya comido un pancho acá. Aparte de salchichas, tienen también pebetes y, a la mañana –sí, abren a las 6.30 porque, como les digo, Señor Coquito entendió todo-​, ofrecen café con medialunas. Y todo es de primera calidad.
Coquito suele estar siempre bastante abarrotado, pero eviten horas tempranas de almuerzo u horario de salida escolar. Y, si no, pasan, compran y lo comen en el camino. Para quien no frecuente Zona Norte, vale la pena la excursión.