Época de Quesos

¡Oh mi pequeño paraíso de placer terrenal!
AMO este lugar con toda mi gordura.
Desde la estética todo lleno de cosas viejas y el patiecito con autos viejos, y sus mesitas y la casita y… y…y.yyy toodo.
Ya de entrada vas viendo toda la variedad que tienen, ya que está todo expuesto en la parte de lo que sería el negocio (porno para embutívoros) y atrás están las mesitas. Es INMENSA la cantidad de productos y la variedad. Venden desde salamines hasta té saborizado, y es TODO rico y de primera calidad. Destaco un jamón ahumado a la manteca que no es de este planeta.
El día estaba hermoso, así que nos sentamos en las mesitas de afuera y pedimos la picada. No estábamos preparados para lo que venía. La picada es nivel dragón (solo entenderán esta comparación personas que vean «one punch man»). Obviamente nos desabrochamos los cinturones y le hicimos frente. El pan, ideal. La cerveza artesanal justo estaba pasando por épocas difíciles de su vida, entonces optamos por una Stella.
En nuestra corta estadía en Tandil, obvio tuvimos que volver a ir el último día a comprar provisiones para lo que sería nuestra vida porteña sin Época de Quesos y de paso nos morfamos otra picada. Esta vez pedimos de postre un brownie con frutos rojos, que a esta altura de nuestro nuevo fanatismo no nos sorprendió que estuviera buenísimo.
Época de quesos es mi lugar en el mundo, lamentablemente Tandil no, por lo que no volví a ir. Pero volveré y seré salamines.

Si vas a Tandil, tenés que visitar Epoca de Quesos. Así de simple.
Por tradición, seguir a las masas, la excusa que se te ocurra. Lo importante es que tu paladar siente que estás mandándole un mensaje serio. Esto no lo vas a olvidar fácilmente.
Es un lugar muy antiguo e histórico de la ciudad, su fachada quizás haga creer que te equivocaste de lugar. Nada de eso, y muy mal por confiar en las apariencias.
Adentro encontrás una variedad enorme de exquisiteces para comprar.
Además hay un patio pintoresco donde la picada nocturna toma un ambiente más oxigenado para acompañarlo con la birra.
Recuerdo haber pedido lo que literalmente era una enredadera de salames, jamones y quesos que, a primera vista, parecía una tarea fácil. Cuando encuentre la foto será subida.
Era la picada sin fondo, sacaba un cuadradito y no dejaban de aparecer…
No es barato en cuanto a precio. Creo que es un detalle, para picadas no hay que escatimar.

El lugar es di vi no. Una Casona antigua con varias habitaciones, comedores. Fuimos en invierno y no estaba habilitado el patio, pero debe estar bueno.
Todo antiguo y bastante autentico. Por la entrada pricipal hay una queseria/​fiambreria que tiene se todo.
En la parte de restaurante la carta no es muy larga y Ovbiamente lo que ofrecen son quesos y fiambres. Pocos platos fuera de eso. Me quede con ganas de probar las milanesas de brie, porque pedimos una picada tandilense y era demasiado. AHORA la calidad de los quesos no era lo que esperaba. Es decir ya que se especializan en esto deberia ser excepcional, o no?
En fin, es un re buen lugar para tomar cerveza con amigos y una picada. Eso si, no esperen que sea la picada de sus vidas porque se van a ir defraudados.
Lugar: 10
Comida: 5
No es barato. Reciben debito y credito.

TE AMO ÉPOCA DE QUESOS ALGÚN DÍA VA A HABER UNA LEY PARA PODER CASARME CON UNA PICADA Y VAMOS A HACER NUESTRO SUEÑO REALIDAD.
Fui a Época de Quesos recomendado por mi viejo. A ver, para alguien fanático de las picadas como yo, este lugar es el paraíso.
Desde el momento en que entrás tenés un mostrador lleno, pero LLENO de fiambres de todo tipo. Me volví loco. Habá una sorpresata de bondiola con manteca que comer eso era lo mismo que hacer el amor, o mejor, no sé.
El local es antiguo y lleno de cosas por todos lados, ideal para sacar fotos a todo, y las picadas son enorrrrmes. Justo los días que fuimos (sí, fuí 2 veces en una semana) las cervezas artensanales les habían llegado falladas, así que tuvimos que tomar Stella.
La mejor picada de mi vida. Me encantó todo. Variedad y calidad, atención super excelente en un lugar que a mí me pareció hermoso.
Y para coronar nos pedímos un brownie que tenía: capa de dulce de leche, frutos del bosque, crema, chocolate. BOMBA.
Hay también una sucursal en Tigre (que ya reseñé) no está al mismo nivel, pero es riquísimo.

Un clásico tandilense que ya es conocido a nivel mundial. Boooaaaa.
Igual tenemos una sucursal en tigre, creo. (la seguiremos teniendo?)
Es algo monstruoso la cantidad de opciones de quesos y sobre todo los salamines (que no están en el nombre pero mamadera). El local es bien colonial, una casa viejíiiiiiiiisima que mantiene un local adelante para la venta al público de todas las genialidades.
Podés pasar al fondo a un sector de varias mesas recontra rústicas para pedir unas fondues o picadas o ensaladas. Si te pedís una ensalada es para fajarte. Sacarte el pasaporte y rajarte del país.
También hay un patio re lindo que funciona como patio cervecero a la noche. Con días lindos el patio garpa mucho para almorzar también
Las picadas son muy ricas y las fondue ni te cuento. Pero ojo. CARÍSIMO. Por eso las 4 estrellas. Se les RECONTRA subió a la cabeza la fama de los últimos 10 años y están cada vez más turísticos y más caros.
Ideal para noches de frío pegar justo la mesa al lado del hogar a leña y clavar una fondue con tu amor de novela.

Me encanta Época de Quesos…
Por dónde empiezo?
Fuimos por recomendación, al entrar te encontras con un imperio de quesos (obvio, no iba a ser de tomates jajaja) y embutidos, especias, conservas… Da ganas de agarrar una carretilla y llenarla con todo!
Decidimos primero cenar y luego comprar para llevar más tranqui…
Para cenar optamos por ir al patio, bajo la parra y con una velita. Muy vintage todo. Estábamos rodeados de un auto antiguo, mesitas del estilo, objetos añejos.
El menú era un poco obvio, elegimos una picada (para probar un poco de todo) y un Malbec servido a la antigua, en un pingüino. En minutos ya no quedaba nada, dos gordos felices, cada fiambre exquisito y felices de haber llegado y conocido el lugar.
De souvenir cargamos con salames y quesos… Recomiendo y recontra recomiendo que vayan a Tandil y a Epoca de quesos.
Algunas fotos…

Ourstanding little cheese & delicatessen shop from the turn of the 19 century turned into a fancy restaurant.
Bought a group of folks here and we had a grand time!
The tortilla with chistorros is to die for and the picadas of cheese and hams are piled up high. Order wine or artesanal beer on tab to go with your feast.

Típico de tandil y la verdad vale la pena una picadita ahí y comprar quesos. Si bien no es barato vale la inversión!!!
Las picadas son súper abundantes, compartí!!!

Si van a Tandil, no se pierdan este lugar. Es tan genial que fuimos dos veces en el poco tiempo que estuvimos.
Época de quesos es un lugar con mucha historia, fue una posta entre 1860 y 1920, después fue un almacén hasta 1970, luego fue tapera hasta 1990 y desde allí, su nuevo dueño se dedicó a mantener lo que hoy es Época de quesos.
Si lo ven desde afuera, no parece tan deslumbrante, pero cuando entran, encuentran una tienda con una variedad impresionante de quesos y salamines. Si a Bubba, de Forrest Gump, le gustara el queso tanto como a los camarones, este sería su lugar, en serio, hay quesos de todo tipo y textura, hacen queso cheddar argentino, queso relleno de salame, queso relleno de queso y preparan todo lo que se les ocurra con queso. También hay un rincón con especias y otro con panes.
La gente que atiende allí es muy amable y, además de ayudarte con la compra, te invitan a pasar a conocer la casa, hay un sector lleno de antigüedades donde directamente puedes pasar y tomarte fotos, si quieres. El resto de la casa es un restaurante, hay mesas por todos lados, hasta en el patio, que les recomiendo visitar si hay lindo clima.
La primera vez que fuimos, era de noche y hacía mucho frío, así que fuimos a uno de los ambientes de la casa que tenía calefacción y estaba cerca del horno barro que servía de chimenea. Como ese día no teníamos mucha hambre (hubo un superasado a la tardecita), solo pedimos el postre y todo estaba buenísimo, pero realmente nos quedamos con ganas de las picadas, así que volvimos al día siguiente.
Ese día pedimos una picada genial que incluía una variedad de quesos y salames, pan de campo, tortilla de papa con chistorra, ensalada de tomate con frutas y nueces, y mozzarella rebozado. Pedimos vino para acompañar. Todo fue una verdadera delicia.
La atención es muy buena, los meseros son muy amables y, a pesar de que el enorme lugar se llena, no te hacen esperar mucho. Definitivamente, es una parada obligatoria si van a Tandil.