Típico almacén de barrio. Tienen de todo para sacarte de apuros esos días en que llegas tarde, cansado y no te da el tiempo para meterte al super. O sino, para el fin de semana en que te da fiaca caminar mucho. El dueño es «el pelado». Siempre de buena onda. También tiene un par de empleados de confianza cuando el no está. Los precios son levemente más caros que el super(dos o tres pesos a lo sumo) por lo cual lo hace una opción interesante cuando uno evalua la relación costo/tiempo. El layout no es el más moderno, ya que no tiene el estilo de una cadena de autoservicios pero está siempre limpio. Al estar sobre la calle paralela a la avenida San Martín, se lo identifica rápidamente y la gente para a comprar ya que le queda de paso seguramente para sus hogares. Tiene un stock bastante surtido. Vas a poder encontrar las primeras marcas y seguramente una opción alternativa de precio menor que no deja de ser una buena oportunidad. La contra que le veo es que no tiene forma de pago electrónica, por lo tanto tenes que llevar si o si efectivo. Esto es un problema ya que si vas a comprar varias cosas, la cuenta puede ser importante y te saca todo el efectivo que tenes encima.