Cementerio Católico

Desde siempre mi familia recordó con los dedos de la mano las veces que habían visitado este lugar y las veces que habían repetido que no volverían.
Un tanto tétrico, sobre todo por una suerte de pasadizos hacia abajo, debo decir que es uno de los más ricos en estátuas. Su puerta principal que da a Arzobispo Valdivieso, permite dejar los autos afuera, justo en esta calle donde también da a la entrada del Cementerio General.
Actualmente se hizo otro Cementerio católico más a continuación, que es mucho más moderno y menos tétrico si se le quiere llamar así.

Apenas cruzas la puerta se siente ese silencio sepulcral. Ya cuando te empiezas a adentrar en este cementerio sientes cómo te dan esos extraños escalofríos en la espalda.
Fui con un amigo que nunca había ido, él raya con la fotografía, acompáñame a sacar fotos al cementerio católico me dijo, acepté porque me gusta hacer de modelo, pero no sé si en el cementerio precisamente. Mi abuela paterna está enterrada ahí y en un sector bien alejado de la entrada principal, hay tumbas de 1800 donde ella está.
Caminando bien adentrados en el lugar sentimos un olor extraño en uno de los pasadizos como laberintos subterráneos que hay, era olor como a cannabis, pero no había nadie en el lugar de donde salía el buqué. Llamamos para saber quién estaba, no para que nos compartieran su producto, sino porque nos dio miedo, en una de esas nos podían asaltar o qué se yo. Mi amigo sacó la cámara y comenzó a fotografiar estos subterráneos, de pronto él, que es moreno, se puso blanco y me dijo camina… porque? Sólo camina me reiteró, salimos de lugar así como trotando, yo en ese tiempo andaba con una lesión en la pierna. Según él alguien o algo le tocó la espalda.
Muchas historias se cuentan de este cementerio, a mí no me gusta mucho es muy tétrico, prefiero el general, es más amigable. Es sin lugar a dudas un lugar muy bello por sus esculturas, algunas a mal traer pero no dejan de darle ese toque místico de cementerio. Visítalo si te animas.

Ok, éste es un poco mas tétrico. Si vas en invierno y te empieza a pillar la oscuridad, los pelos de tu nuca comenzarán a erizarse, tiritones recorrerán tu espalda y no precisamente por el frío.
Cuando hablas del Cementerio Católico de Santiago, la mayoría de la gente arruga la nariz, diciendo: «Espero que mi familia no me entierre allí, pues eso significaría no tener visitas» Este tipo de aseveraciones no son gratuitas. De hecho, tengo sólo a un familiar sepultado en el Católico y he ido, con suerte, un par de veces y en verano, cuando tengo luz hasta las ocho de la noche.
Como ya lo expresé, creo que los Cementerios son lugares que nos enseñan sobre nuestra historia. Tenemos acceso a diferentes manifestaciones artísticas dentro de ellos y, por eso, agradezco los planes de modernización que se han ido desarrollando en el Católico. Espero que sus pequeñas calles logren el esplendor de antaño y vuelva a ser un placer caminar por allí.
Ahora, no importando sus zonas «del terror», recomiendo un recorrido este Cementerio. Quién sabe qué cosas podamos descubrir entre esos derruidos mausoleos.