Quitapenas

Soy una fan del Quitapenas. ¿Por qué? Básicamente porque es de esos lugares de Santiago que tienes que conocer si o si, ya que son parte de la historia cultural y popular de la ciudad.
Su nombre, se debe a que está ubicado frente al cementerio general, por lo que, es el lugar perfecto para ir a pasar aflicciones.
Su historia es interesantísima, partiendo porque se dice que aquí se fundó Colo Colo. Si tienes la oportunidad de hablar con su dueña, hazlo, ella tiene buenísima disposición y millones de historias.
Si, no es el lugar para venir a buscar un plato fancy, pero comida deliciosa hay por montón. Partiendo por las chorrillanas y el costillar (si, hay que ir armado de hambre) Punto aparte para el mítico terremoto, que viene en unas jarras ideales para compartir una buena conversación.
Pero no solo hay comida y tradiciones, además, en el refaccionado Quitapenas, hay una sala al fondo donde se hacen tocatas y presentaciones artisticas todos los meses, para darle un extra a tu visita.
Si te aproblema como llegar, no hay que darle niuna vuelta. En vez de tomar micro o taxi, tomas el metro, te bajas en la estación Cementerios y quedas justo enfrente del local. Facilísimo.

Located across the street from the Cementerio General, the largest cemetery in Santiago, Quita Penas is named conveniently for those who would wander into this pub after burying their loved ones.
Quita penas, or «take away sorrow», is exactly what the patrons of this bar do — drown their sorrows with a large jug of pipeño or in one of their rich dishes. The food served here is a true example of Chilean comfort food at its finest, with bread, potatoes and meat as the base of almost all of these dishes.
This pub is not the most glamorous, but in a way, that is what makes it so unique and perfect for its location and purpose. It is a simple and cozy pub with photos lining its walls of popular figures such as Chilean sports stars, politicians such as Allende, artists such as Victor Jara and Gato Alquinta (from Los Jaivas) as well as Chilean poets and filmmakers.
Quita Penas is one of the historical hubs of Santiago, filled with stories and popular culture, it is here to stay. As it was told to me, everyone has a memory of spending an afternoon here with their family, passing through many emotions from sorrow to laughter.
One of the many things that has put Quita Penas on the map, is for Chile’s main soccer clubs Colo-​Colo. Colo-​Colo was founded here in 1925 by two football players who were drowning their sorrows, after being let go from their soccer team. Now, whenever an «hincha» of Colo-​Colo passes away, they always make their way here (their last stop of their caravan).
Tip:
You can get here by taking the green line metro to «Cementerios»
Try the «Paró la Chala». It is the house drink, made of pisco, gin and granadine (similar to a Terremoto but way stronger!)
They are open every day of the year except for September 11^th.

Su nombre dice mucho de lo que es su esencia. El Quita Penas es un bar-​restaurant que está ubicado a un lado del metro Cementerios. Entenderán que es lo primero que los deudos ven al salir del Cementerio General. Con más de un siglo de tradición, este lugar está lleno de historias, de lágrimas y recuerdos.
Desde afuera, parece una cantina cualquiera, de las muchas antiguas que hay en la comuna de Recoleta. Pero este lugar es mucho más, es un viaje para dar rienda suelta al recuerdo, a la nostalgia. Lo primero, es conseguir algo de comida para llenar el vacío de aquella partida. Acá, obvio que todo es comida típica chilena. Hay colaciones diarias y platos a la carta, bien contundentes (como come el chileno).
Ya con la guatita llena, a hacer honra a los que no están con un buen vino en jarra u otro alcohol que ayude a aflorar los sentimientos.
Yo no sabía de su existencia hasta cuando leí que allí, sus amigos, despidieron al Gato Alquinta (Los Jaivas). Entonces, supe que tenía que ir algún día a conocerlo. Apenas me vine a vivir a Santiago, fue uno de los primero paseos que hice. Realmente, es mucho más que una picada, es compenetrarse con parte de la historia popular de nuestro país y con nuestras raíces. Tan parte es de nuestra historia local, que aquí fue donde se fundó el club popular Colo-​Colo.
El QuitaPenas es la versión capitalina para la tradición típica de nuestro campo sureño de cuando alguien fallece. La ceremonia religiosa, el cementerio y, luego, una semana de comidas caseras en reunión entre familia y amigos.

Mi historia con el Quita Penas es más larga que mi edad, así advierto que mi reseña y mi historia se mezclaran, pero antes de entregar los millones de datos que manejo les tengo que contar la razón de ese nombre tan peculiar, este local se encuentra ubicado a las afueras del cementerio general, por la entrada de Recoleta (puede bajarse en el metro cementerios y queda justo ahí) entonces antes los deudos pasaban a quitar sus penas con vinito en jarra (amo el vino en jarra) este local huele a lágrima acumulada por años, se escuchan las risas con los llantos, en este lugar todavía se pasea mi tata (dicen) y lo más cool del mundo, acá se fundó el Colo-​Colo.
En el quitapena va encontrar todo tipo de comensales, principalmente por su variada gastronomía, venden colaciones como a 2 mil pesos, mientras que los otros platos cuestan promedio 5 mil pesos, contundente, así con cariño como en casa, así que de repente se va a sentar con las personas que trabajan en el sector o los tíos de la basura que pasan por fuera en medio de la ronda diaria. A mí los comensales que más me gustan son esos que la pena jamás se les quito y siguen ahí esperando a ver qué pasa, esos me gustan porque son los que conocen al tata y es genial que te reconozcan, me siento como rock star.
Y ahora van mis recomendaciones del local, tome nota:
— Pídase un «Paró la Chala» es un trago de la casa, el misterio de la vida, rico, pero al segundo vaso comienza a mandar saludos, para valientes.
— Las papas cocidas con arrollado están dentro de mis preferidos, auqnue las chorrillanas no lo hacen nada de mal, pídase una no más, si son más de tres acompañen con otra cosa. NO PIDA ENSALADAS! No le haga eso a la tradición chilena por favor.
— Desconéctese y sienta toda la onda de ese local que ha visto más lágrimas derramadas que el mismo cementerio.
Y como punto final, siéntese a conversar con los comensales que siguen llorando partidas propias y ajenas, siéntese a escuchar el dolor del Chile antiguo.