Galpón Víctor Jara

¡Ay! ¡El Galpón Víctor Jara! ¡Tantos andan deambulando viudos del Galpón!
¡Qué ganas de pasar por la plaza Brasil y saludar al Cerro, a la tía, a la Mary, a los cabros afuera con sus instrumentos o en la plaza!
Un lugar que existe pero no-​el espacio físico está, la fundación es como que está, pero los permisos no-​pero que sigue en nuestros incoscientes.
Tal vez uno de los lugares más emblemáticos de la música chilena y santiaguina de los últimos 10 años, este galpón que funcionara al alero de la Fundación del mismo nombre, formaba un lugar bacán para escuchar a bandas en vivo a un precio accequible. Y con bacán me quedo corta, pues el galpón no era solo un espacio comercial para «comprar“b música en vivo: era un montón de gente que veías en «la misma» de uno: yendo a marchas, participando en organizaciones sociales y barriales, etc.
Aunque pasaron de todos los estilos, los que más predominaron fueron la cumbia, la música balcánica, el ska, el reggae. Y si hablamos de bandas, no puedo dimensionar ni contar las veces que vi a Chico Trujillo, Banda Conmoción, Juanafé, La mano ajena, Combo Ginebra, Chorizo Salvaje entre otras tantas.
Hoy no hay espacio en Santiago que pueda replicar el espíritu apagado por los permisos, la persecusión política y la presión de los poderes económicos del sector.