A este restaurante fui con mis compañeros de trabajo a almorzar y por primera vez probé la comida peruana, la que recomiendo totalmente por su exquisito sabor y además por los platos muy contundentes. Ese día pedí unos Fetuccinni 3 Sabores, una mezcla de pastas y verduras con carne, pollo y camarones, exquisitos y tan abundante que no pude comerme todo y pedí lo que me quedó para llevar. Acerca del espacio, la casona es muy grande, tiene dos pisos con mesas extensas, por lo que es especial para ir en grupo. En cuanto a precios, no es barato, pero vale la pena darse un gustito de vez en cuando.