Lai Thai – Franklin 602

Rico rico rico. Un local pequeño con muy pocas mesas. Algunas dan a la calle y otras hacia adentro de uno de los tantos galpones del persa repletos de cosas para ver y comprar que caracterizan a esta zona.
Eramos 4 y pedimos distintos platos y todos estaban muy ricos. Desde el clásico padthai a otros con camarones ecuatorianos, salteados de carne de vacuno. Tuvimos que esperar un rato la mesa pero la atención fue buena y relativamente rápida. Tampoco andábamos con mucho apuro. Además mientras esperaba, solo girando mi piso pude comprar un libro usado del puesto que estaba atrás.
Recomendable 100% cuando uno va al persa biobio.

Un rincón escondido en Santiago (ya no tanto)
Hace unos cuantos años cuando escuchamos de un lugar escondido en el persa no podíamos dejar de pensar en ir a conocerlo.
Ese mismo persa de los paseos del domingo en moto a comprar algún cachureo, una planta o una película de moda, y nuestra curiosidad por la comida étnica como la hindú, nos llevo a la hora del almuerzo a conocer Lai Thai, antes que fuera famoso y cuando era sólo un sucucho con platos de nombres divertidos y desconocidos para la mayoría de los Chilenos.
Sabores muy marcados, con coco, curris de distintos colores y mucho vegetal cocido a punto.
Realmente un lugar que no debes dejar pasar, nosotros seguimos tengo algunos fines de semana.
Ya no es tan picada, ni tan barato como antes, pero la comida sigue siendo igual de rica como antes.
Gabriel Foodie

Toda leyenda tiene su origen. La del Lai Thai está aquí, en su primer local del Persa, en la calle Franklin, con no más de cuatro mesas en la vereda y cuatro en el galpón interior. Esta fue la cocinería que llamó la atención por primera vez, permitiendo que después los locales comenzaran a aparecer en distintos lugares de la ciudad, en otras comunas como Providencia, La Reina o Lo Barnechea.
Comenzó como un rumor. «Dicen que hay una picada tailandesa en el Persa», era lo primero que se oía decir. La voz se corrió y llegó a los oídos de la prensa, que lo publicó a los cuatros vientos, generando oleadas de turismo social al Persa, saturando al local con comensales que no entendían bien el concepto de picada o de cocinería y se quedaban haciendo sobremesa mientras los demás hacíamos fila para poder probar alguno de los platos.
En este primer local del Lai Thai están los mismos platos que en los otros, se puede pedir para llevar, pero el tiempo de espera es igual porque están cocinando ahí mismo, a medida que salen los pedido. Lo que me gusta de este local en particular son dos cosas: primero, si te sientas en la barra puedes ver como cocinan, a mí me parece muy entretenido y educativo, un par de recetas con las que he sorprendido a la familia las saqué de aquí; segundo, puedes comprar un juguito en los locales cercanos. Nada más rico que un jugo natural recién batido acompañando tu pollo coco curry. Nada de glamour aquí. La experiencia se concentre 100% en el paladar y la nariz.