París no podía de la emoción con su cheque, después de su mini baile y varios brincos en el sofá nos tiramos al piso para recuperar el aliento. Teníamos que celebrar en un lugar nice. ¡Vamos a la Casa Tomás! le dije, pero él me dijo todo triste: bueno lo pasamos a ver pero en la noche ¿podemos ir a cenar? ¡No bobo! Es un restaurante finolis cerca de aquí ¡apúrate que ya tengo hambre! No se apuró, pero nos recibieron inmediatamente(aunque la terraza ya estaba llena) El lugar efectivamente tiene aspecto de casa, muchas cosas son antiguas pero los muros están llenos de arte contemporáneo. Mi favorito no fue un muro, sino un pequeño cuadro de un cerdito que formaba parte de una serie de 6 que colgaban e una de las paredes. ¿Por qué me gustó? El cerdo luce muy campante lleno de lodo pero feliz. ¡Qué padre ver a un cerdo que no esté en un taco o en un camión de carga en carretera. Casa Tomás está tan caro que yo creo nos gastamos la mitad del cheque de Paris. ¡ no importa! el dinero viene y va.