Cochon

La especialidad son los planchettes, una rebanada de pan rústico en la que sirven pulpo, portobello, arrachera, cordero, atún, pato o cerdo, a este último le debe el nombre el lugar: cochon, una carne cocinada con salsa verde italiana, mostaza Dijon y arúgula con mermelada de tocino. ($ 150 aprox.)
El lugar es pequeño y la decoración minimalista, sugiero hacer reservación y pedir una mesa en la terraza, porque adentro hace bastante calor.
Si quieren una entrada y les gustan los sabores mediterráneos, recomiendo el risotto de mariscos ($ 87), tiene pulpo, callo y camarón.
La presentación de los postres es muy creativa, en particular el cheesecake de mascarpone ($ 45) con jengibre y fresa, que viene un una pequeña olla de peltre.
Los precios son asequibles, con $ 250 o $ 300 comes y bebes una copa. En cuanto al servicio, es inestable, a veces es muy bueno y otras lento y descuidado.

La comida muy bien presentada, excelente sabor y buen servicio, a pesar de que sólo tenían una mesera siempre estuvimos bien atendidos. ¡Súper recomendable! Tienen buena selección de vinos y los precios están muy asequibles.

Vine aquí con toda la curiosidad de probar su platillo estrella: el planchette de cochón, que hace honor a su nombre y que es tomado de la palabra francesa «cerdo», este incluye entre sus ingredientes la mermelada de tocino, así es, esta mermelada me trajo hasta aquí, tenía que probarla. ¿A qué sabe? Pues a tocino, y no tanto a mermelada, es más la textura que logran.
El planchette es un plato sencillo y delicioso, una base de dos rebanadas de pan artesanal sobre la que se monta en este caso los trozos de cerdo, la mermelada de tocino y moztaza dijon, y arriba arúgula con aliño de soya y miel. El cerdo es lomo envuelto en tocino marinado en hierbas y cocido lentamente al horno. Simplemente delicioso. De aquí salen otras variantes, como de pavo, pulpo, res, atún, pato, etc. Continuamente están innovando.
Aquí puedes acompañar tu comida con una copa de vino, una cerveza artesanal, o una sangría entre sus bebidas.
Sus postres también merecen degustarse, su clásico la nieve de nata.

Últimamente mis citas con Paris son mínimo de a 4, ya sea con Kris y Della o con Rox y Antonio. Cuando venimos los 6 es todavía mejor, hemos hecho un buen grupo y teníamos que festejarlo. Como ya son de nuestros últimos días en Guadalajara, nos pusimos finos y venimos al Cochon. Por supuesto yo quería lucirme en el francés pidiendo los platillos con sexy acento.
Todos pedimos el planchette que es el plato famoso de aquí. No se si me gustó más el sabor o la presentación del platillo. Es una especie de tapa española a la francesa.
De postre pedí un cheescake y me lo trajeron en una casuelita súper bonita. Del café¡ni les cuento! qué delicioso, pareciéra que son especialistas en cafés. La mesera me recomendó un Etiopia y si no huniera visto el precio hubiera pedido otro más.
El lugar es pequeño y por lo tanto íntimo, ideal para una primera cita, aniversarios o como en nuestro caso, despedida.