Chela barata, comida rica, buena música, un ambiente muy lounch, así de simple, sin decir tanto choro. Y la verdad es que llegamos mi pareja y yo al lugar por que nos quedó de paso, pues se ubica muy cerca de la Gran Plaza. No había más que otras dos parejas que como dice la canción «se comían a besos» mientras cheleaban. Yo no hice lo mismo pero, sí pedimos una pizza que la verdad pensé que iba a estar malona o muy comercial, sin embargo, fue todo lo contrario, estaba muy rica, delgada, con ingredientes muy frescos y de muy buen tamaño. De las bebidas también fue muy buena experiencia, yo pedí un litro de michelada(para no variar) y mi pareja cerveza de barril. Los fines de semana se llena un poco, no es muy grande el lugar pero sí es muy agradable, la música es alternativa y pasan vídeos.