Los Arrayanes

Me gustan los lugares con jardín, para mi comida y jardín es lo mejor, le da un toque al ambiente, que ningún lugar por mejor decorado que este, le puede dar, hay flores, arbustos y algunos otros tipos de planta, yo amo tomar el café aquí, normalmente cuando vengo, pido chilaquies acompañados con frijoles y huevo, son muy buenos, puedes acompañarlo con un juguito de naranja o café, tienen paquetes en desayunos muy buenos y de precios muy accesibles.

Me encanta este restaurante es un lugar que tiene un hermoso jardín y terraza donde puedes disfrutar de la naturaleza que rodea tu mesa bellos arbustos y flores junto a una linda fuente esta casa antigua fue construida por el arquitecto Rafael Urzúa Arias.
Un delicioso panini de pavo con champiñones, unos chilaquiles con frijolitos o algo más ligero un platillo de fruta y café con grano directos desde Chiapas, al terminar tu comida te regalan un dulce de arrayan que esta delicioso.
El servicio del personal es muy bueno, las instalaciones las mantienen muy limpias, puedes ir ya sea por l mañana, tarde o noche todo el día tienen servicio

La antigua casa Farah, hoy «Casa Tu Otro Yo», fue construida por el destacado arquitecto Rafael Urzúa Arias, en 1936.
Este hermoso café tiene cientos de arbustos de arrayán y variadas plantas y tipos de flores en cada uno de sus armónicos espacios exteriores, lo que hace que uno se sienta (y de hecho, uno se sienta) en un amplio jardín, dispuesto a una velada o a un encuentro inolvidable con los seres queridos o los amigos.
En torno a una fuente situada en el lugar, hay dispuestas algunas mesas, y el rumor del agua hace más amena compañía al momento.
Tienen un sello muy particular en la atención al cliente. Cuando te llevan el cambio de la cuenta, te ponen un dulcito de arrayán.
He probado las tapas y los paninis, con vinito y/​o cerveza, y la panela fundida, con agua de arrayán. De día, los chilaquiles con frijoles, con su queso cotija encima. Todo lo de este párrafo, recomendable con amplitud.
…Casi olvido el café preparado con grano de Chiapas!
Hay música en vivo los viernes, al menos de este mes, con una soprano y flautista que engalana las noches.
*Aquí pedí y de hecho me regalaron un piecito de planta que hoy florece en mi hogar.

Fui a desayunar con un compañero de trabajo y pedimos un paquete de desayuno que incluye café con refill (algo ligero, para mi gusto, pero está bien si no quieres mucha caféína), jugo de naranja y en mi caso unos huevos revueltos con chorizo. El plato incluye chilaquiles y frijoles y además te dan bolillo para acompañar. El precio es muy accesible y el lugar está increíble. Hay mucha vegetación en todos los rincones de la casa (casi todo está al aire libre) y es un ambiente muy propicio para trabajar o simplemente para platicar.
También venden cervezas a buen precio, aunque durante el desayuno no se antoja mucho. Más bien para la tarde. El único inconveniente es que se escucha el ruido de la avenida Vallarta, pero bueno, no es tan notorio porque en esa esquina no hay semáforo, así que los claxons generalmente se escuchan a una cuadra de distancia.

Era una irremediable asistente cada domingo a este lugar mientras estaba la vía recreactiva y es que se desayuna muuuuy rico, además de estar rodeado de una atmósfera de casa antigua tipo Barragán, un hermoso jardín y una terraza que permite recibir el excelente clima de nuestra ciudad.
Yo siempre pedía chilaquiles con huevo a la mexicana y mi acompañante pedía omelet con champiñones y espinacas. El café es muy rico y los jugos también.
Sin embargo, dejé de venir por que se «sobrepobló», a veces alcanzábamos mesa pero no había quién nos atendiera, incluso una vez un mesero nos dijo que quizá no alcanzarían a salir nuestros platos, pues la cocina estaba a todo lo que daba y se les había acabado el gas. Y para compensar el tiempo que nos dejaron esperando nos regalaron el café que nos habían servido.
Un tiempo también fue pet friendly, se llenaba de perros en la parte donde esta el pasto. Los podíamos tener debajo de la mesa, incluso algunos corrían al rededor del jardín. A las pocas semanas quitaron ese privilegio y no nos quedó más remedio que buscar otro lugar para desayunar.