La otra vez Rafa y yo andábamos en la calle y estaba haciendo mucho frío, así que ya no queríamos seguir caminando por lo que decidimos comprar unos pastes y nos metimos a desayunar a este lugar. Yo traía antojo de algo calientito y compré un chocolate de máquina dispensadora, pero no me gustó porque era pura agua pintada, no tenía ni una gota de sabor a chocolate. Rafa había comprado un café que tampoco tenía muy buen sabor, así que mejor compramos leche para terminar nuestro desayuno. En este Oxxo, que está muy cerca de El Santuario, puedes pagar el teléfono, la luz, el agua, hacer retiros bancarios y depositar efectivo. Aparte de las mesitas que tiene para que desayunes, cuenta con una barra por si ya no hay asiento. El servicio es bueno y ágil.