Con el fin de echar unas cervezas me quedé de ver con unos amigos aquí. Al llegar, el lugar estaba casi solo, era un sábado como a las 9 y media y no se veía un alma. Habiendo entrado y tras unas ventanas vi a mis colegas. Me vi forzado a dar un incómodo rodeo para llegar con ellos mientras en mi cara se traslucíà la confusión por un segundo. Así llegué a la área de fumadores. Bendito sea dios. Pedimos, cervezas, normal. Después llegó la pizza. Una pizza bastante equis, un tanto acartonada que nos obligó a preguntarnos si era de las pizzas fud que venden en los Oxxos. Nunca lo sabremos. De todos modos ya habíamos calmado un poco el hambre con las palomitas que te ofrecen a ritmo constante y sin egoísmos. Hora de irse. Pedimos la cuenta. Esperamos. Esperamos y volvemos a esperar, así que nos vemos obligados a pararnos para ver qué pasa. Volvemos a esperar.