Al Son de los Santos

Cuando fue el cervantino de Guanajuato que es en el mes de octubre y después de disfrutar de los eventos culturales que se dan en este festival nos queríamos quedar para al día siguiente seguir en esta bella ciudad y nos dimos a la tarea de buscar un lugar en donde poder pasar la noche. Como es temporada alta por el turismo que se da es difícil encontrar un lugar para quedarse por la gran cantidad de gente y además los costos son más altos.
Una persona que iba pasando le preguntamos por algún hostal que nos pudiera recomendar para pasar la noche y pues nos dijo de este lugar, desde que llegamos la gente fue muy amable, nos explicaron que teníamos que espera un poco para podernos dar una habitación y mientras esperábamos nos dejaron pasar a conocer el lugar y la verdad es que quedamos encantados, una terraza muy bonita, un lugar muy acogedor, parecía que llegabas a casa, el ambiente muy agradable y algo que nos gusto mucho es que nos daban el desayuno gratis por estar hospedados ahí. Un lugar al cual dan ganas de volver.

En mi búsqueda de lugares viables para que mi familia se pudiera quedar llegue a encontrarme con este hostal que está en el «cambio» un lugar conocido entre embajadoras y la presa, desde que entre me encanto, iba caminando por el pasillo dije que lugar tan acogedor. Como tenía dudas de costos y como eran las habitaciones fui directamente con la recepcionista y la verdad ella fue todo un encanto, me dijo cuanto constaban las habitaciones privadas (por cierto no muy caras) y que había habitaciones comunitarias, me invito a conocer el lugar para ver si era lo que quería, tiene terraza, una cocina pequeña y dan desayunos gratis por hospedarse ahí.
Lo importante de este hostal es la ubicación, no está muy retirado del centro caminando puedes hacer sólo unos 10 minutos y mientras te bajas por embajadoras puedes disfrutar tanto del mercado como de la calle sangre de cristo.

Nos gustó como suena «Welcome al Son de los Santos», nos gustó el color rosa coyoacán de la fachada, y nos gustó que tuviera una terraza.
Nos lanzamos en la semana a Guanajuato y decidimos quedarnos en este hostal. Los precios de por si son bajos, pero como justo fuimos después del puente, nos tocó vacío y más barato. Ana, le hizo ojitos al recepcionista y como estaban vacíos, súper buena onda, o súper zorro, depende con que ojos lo veas, el recepcionista nos dejó la habitación privada al mismo precio que la comunal. Eso es ser buena onda ¡chinga! o saber ligar. Al pobre chavo, se le fue la sonrisa cuando me vio besarla. Ni modo, unas veces se gana y otras no. El galán hizo su obra del día y eso es lo importante.
Nada más por la vista de la terraza, es una muy buena opción hospedarse aquí. Me imagino que cuando están llenos, se arman las buenas pachangas en la azotea. Nosotros armamos la nuestra y como a eso de las 12, otra pareja se nos unió.