Hacía rato que tenía antojo de comida asiática y en vista de que este fin de semana no se llevaría a cabo la acostumbrada comida de los sábados en casa de mis abuelos, decidí ir a Lians. El lugar es relativamente grande, tiene un área cerrada con aire acondicionado y una terraza frente a Prolongación Montejo, la cual no recomiendo por el ruido del tráfico vehicular y, si eres igual de quisquilloso que yo respecto a la higiene, el polvo y suciedad que levantan los automóviles. Fui con mi chica y mientras esperábamos nuestras bebidas y veíamos la carta, el mesero que nos atendía nos sirvió un plato con palitos de pan frito y un tazón con salsa catsup, muy rico y abundante. Para beber mi chica pidió refresco y yo un té que, en ese momento no lo sabía, era refill, lo cual me agradó. De comer pedimos un Chow Main, tallarines con apio, cebolla y chile morrón, puede ser servido con pollo, puerco o camarones; también pedimos un Mu Shu que tiene verduras, hongos, col blanca, cebolla y huevo y puede ser acompañado de pollo, puerco o camarones. Grata fue la sorpresa que tuvimos cuando nos trajeron nuestros platillos: dos montañas de comida que no nos terminamos y tuvimos que pedir que nos la envolvieran. El sabor nos pareció riquísimo y nos dieron unas salsas de soya con chile habanero y otra de chile de árbol, ambas deliciosas. Además de estos platillos hay Chop Suey, eggrolls, rollos vietnamitas, lomo y costillas de cerdo, entre otras variedades de comida thai. El precio es bastante justo si se toma en cuenta las porciones y el sabor. Además el servicio es excelente, el mesero que nos atendió fue muy amable y simpático.
Patricia F.
Rating des Ortes: 3 Mérida, México
Solo he ido una vez a este restaurante, a comer. Mi novio y yo íbamos camino al sushi en busca de alimento y pronto, pues salíamos tarde del trabajo y ya hacía harta hambre. Antes de cruzar la calle, nos topamos con este restaurante y decidimos probarlo, nos acercamos y uno de los meseros muy amablemente nos prestó un menú. Al ver los precios y quise huir con cara de indignación, pero mi novio insistió en que le diéramos una oportunidad. Escogimos una mesa y enseguida el mesero nos entregó a cada uno el menú. Yo escogí pollo agridulce porque soy fanática de ese platillo y mi novio pidió el chip suey de puerco. La verdad es que la comida estuvo excelente, la amabilidad desde que llegamos también nos atrapó y yo creo que si regresaría a cenar, pero para alguna ocasión muy especial, si me parecen muy excesivos los precios y para un almuerzo en un martes cualquier, creo que fue demasiado.