Este lugar es el punto intermedio entre un billar y un antro. Al subir las escaleras uno se encuentra con sillones kitsch, forrados con diseños de animal print y murales de edificios que bien podría haber pintado un niño de once años. Esta sala tiene una pantalla bastante grande. A un lado del salón anterior se encuentra la zona de billar: alrededor de siete mesas para jugar y unas cinco para sentarse coronadas por una bola disco. La chela te la venden en cubeta, bola, o tarro, con diferentes preparaciones, desde la michelada clásica, hasta la gomichela. Si no te gusta la cerveza, tienen distintos espirituosos, derechos o en coctel, varios están al 2×1 siempre. La música siempre es una amalgama de géneros. Por último, cuentan con distintas promociones: cubeta con diez cervezas, alitas y una hora de billar por trescientos diez pesos. Tarros a cuarenta pesos, etcétera. Además, cuentan con área de fumar.
