Boliche AMF Insurgentes

Cuando era chiquilla el boliche se convirtió en una atracción familiar desde que mis papás lo practicaban con sus amigos, concursando en torneos y llevándose algunos trofeos que aún conservamos.
En aquel tiempo las anotaciones se llevaban a mano en hojita membretada pero mis hermanos y yo nos acostumbramos a ver esas anotaciones con signos raros y disfrutábamos de los partidos con la misma enjundia con la que los adultos jugaban. No faltaba que intentáramos imitarlos mandando las bolas por la canal.
Pasaron muchos años desde que cargué una bola de boliche hasta el último cumpleaños de mi hija, cuando decidimos festejar con ella en este lugar y poner a prueba la incipiente habilidad que adquirimos hace años y algunos trucos añejos para conseguir una chuza.
Regresar fue emocionante, desde pedir el par de zapatos y pisar la duela hasta elegir el peso de la bola adecuada. Los tiros de calentamiento iniciaron un disparo de emoción por empezar la línea, que no paró hasta terminar el juego, a pesar de la falta de costumbre y del manicure.
Nos enteramos de que, precisamente, puedes organizar ahí una fiesta de cumpleaños que incluye lo necesario para que la pases de maravilla. Parecía que lo sabíamos de antemano pues ya la estábamos pasando bien y teníamos hamburguesas y refrescos sobre la mesa.
Obvio, muchos tiros se fueron desviados, aunque también hubo churros de la noche que nos sorprendieron. Como sea, la experiencia fue chicle-​bomba, al grado de prometernos no dejar pasar tanto tiempo para regresar.

Vivo a unos cuantos pasos de este lugar así que pasé toda mi infancia yendo regularmente a jugar boliche. Muchos recuerdos me vienen a la mente cuando veo la figura de este boliche, desde partidas con mi papá y con mi abuelo cuando tenía diez años, hasta algunos recuerdos con una que otra novia que llegué a llevar.
Las instalaciones están impecables, las mantienen en muy buen estado. El servicio es bastante bueno y los precios son muy accesibles.
Éste lugar es maravilloso para pasar un fin de semana en famili, conviviendo mientras practicas un gran deporte.

Alguna vez trabajé ahí un tiempo. La verdad fue muy buena experiencia. El personal suele ser muy amable y dispuesto y la gente tiene a sus favoritos. Sobre todo en los torneos suelen dar muy buenas propinas a quienes arreglan los pinos atorados y las bolas perdidas.
Tiene 3 pisos, lo cual está perfecto por que sí se llena bastante, y normalmente las pistas están bien pulidas y limpias. La cafetería tiene sus encantos si observas bien el menú.
Puedes buscar en internet por promociones y noches especiales, muy buen lugar para pasar un cumpleaños o divertirte el fin de semana. Lleva a tus sobrinos o a tus hijos y la pasarán de lujo.

Tres amigos y yo tuvimos la maravillosa idea de comprar un Groupon baratísimo para jugar 2 líneas de boliche en el Bol Insurgentes.
Llegamos muy puntuales en el Metrobús a nuestra cita sabatina, pedimos los zapatos y esperamos a que nos asignaran mesa.
Nos tocó en la parte de arriba porque en el piso de abajo se estaba llevando a cabo un torneo entre empleados bancarios (no miento).
Emocionados cual niños tiramos una y otra y otra vez en un intento por no ser los peores del lugar (no lo logramos, pero el esfuerzo es lo que cuenta), hasta que nos dimos cuenta que ya se nos iban a terminar las dos líneas que teníamos pagadas. ¿Qué hicimos? Pagamos dos más, así que en total cada uno jugó una línea.
Está de más decir que al día siguiente no podía levantar ni una pluma con mis pequeños bracitos poco ejercitados.

En la calle de Fuente de Hermes siempre hay un tráfico endemoniado por el desorden de coches que invade las calles. La culpa de eso es la obsesión de la gente por el boliche. En esta calle se encuentra el Boliche Insurgentes, el cual lleva abierto más de 15 años. Las instalaciones del lugar son enormes.
Después de entrar por una puerta de cristal, nos encontramos la caja y el lugar donde se rentan los zapatos. Ahí se compra el paquete de elección para poder jugar y después de eso se pone uno los zapatos fueron entregados y listo para jugar!
El lugar cuenta con dos pisos en los cuales se reparten los aficionados y profesionales del juego.
Generalmente, los profesionales juegan abajo y los aficionado arriba, porque en el piso de arriba hay bandas que ayudan al jugador a no meter el temido «túnel».
Los miércoles son las noches de torneo, y se puede ver a la gente utilizando uniforme para mostrar pertenencia a su equipo.
Este lugar es completamente familiar y puede ser una actividad divertida en la que la gente puede disfrutar de un buen rato. Es muy recomendable pedir las papá a la francesa como aperitivo mientras se juega.