Café Plaza

Hace mucho leí una idea fabulosa: cuando por desfortunios de la vida carguen un lugar de recuerdos negativos, supérenlo a su tiempo, regresen y suplanten esa memoria por una que sea agradable para ir disminuyendo la lista de los ex patriados.
Así me pasó con este cafecito que en un momento de mi vida significó el lugar donde supe de dolorosas infidelidades y mentiras. Pasaron 4 años y regresé. Esta vez con una amiga maravillosa a quien admiro y con quien compartí los bísquets con mermelada y mantequilla, los bagels de jamón y atún y el panqué de naranja. Ya no más cosas feas.
Además hay una chica que lee las cartas aquí, y desde hace muchos años cita a sus clientes en el Plaza (por si desean hacerle una consulta).
Ojo cuando pidan tés o tizanas porque no siempre tienen todo el surtido que prometen. No aceptan tarjetas y no hay para llevar.

Si quieres disfrutar de un rico cafecito con una vista agradable, el Café Plaza es la opción que buscas. Es el único que se ubica en la famosa y pueblerina Plaza de la Conchita. Es el lugar donde se reúnen los alumnos de la Casa del Teatro debido a su cercanía con esta.
También es una buena alternativa si buscas comer un pequeño aperitivo; ya que sus deliciosos cuernitos de diferentes sabores deleitarán tu paladar. Si lo tuyo no es el café, cuentan con una diversidad de tés e infusiones de diversos gustos.
El local es pequeño, pero tiene unas bancas afuera por si quieres fumarte un cigarro o simplemente disfrutar del paisaje. La decoración es sencilla, y el servicio es medio lento, ya que no cuenta con demasiado personal; sin embargo los precios son muy accesibles. No posee estacionamiento, así que lo ideal es ir a pie, y de paso te das una vuelta por los alrededores.