Centro de Tlalpan

Unilocal me recordo esta reseña que deje en el tintero.
En una vacaciones recientes que tuve pude ir al festival del taco que cayo justamente por las fechas en las que arrive a esta metropolis.
EN general la delegación Tlalpan es un agradable lugar para pasear y tomar algún aperitivo, una cerveza en los bares circundantes del centro.
El evento del taco se realizó en el parque central de Tlalpan y aunque tenían varios locales para degustar los diferentes tipos de tacos: insectos, carnes exóticas, clasicas, extranjeras, etc; no se podía probar alguno de todos ellos por lo atascada que estuvo el evento. El parque no daba para tanta multitud. Me quede con ganas de degustar mas variedades pero se me fueron 3 horas de mi vida como agua solo para hacer fila y lograr tener en mis manos 4 tacos diferentes.

Yo aaaaamo este lugar. Primero porque vivo cerca… Segundo, porque es pequeño y no hay tanta gente como en otras plazas. El centro de Tlalpan cuenta con varios cafesitos y restaurantes que puedes probar, aunque son pocos, vale la pena darte una vuelta, ya que puedes encontrar desde el típico lugar de cerveza, hasta una mezcalería si tu antojo es de algo más fuerte.
Algo que está padre es el hecho de que aun no ha sido invadida por los amantes de los perros que luego se creen dueños de las plazas.
Me agrada que cada fin de semana hay puestos de varias curiosidades desde aretes, cuadernos… todo artesanal y muy bello para que puedas comprar lindos detalles. Tampoco faltan los fines de semana en que hay ferias gastronómicas en que puedes disfrutar un buen pulque y una tlayuda.

Otro lugar para ir de paseo y sin buscar nada especial más que un ambiente cálido, tranquilo y relajante. Este lugar es una plaza en la que los visitantes acostumbran comer papas fritas y helados o paletas recubiertas, en realidad cualquier cosa para entretener al paladar mientras se desarrolla alguna agradable plática o mientras ves alguno de los artistas.
Muchos opinan que si le dieran una renovada o más mantenimiento tendría más afluencia de gente, sin embargo sí es muy visitado, el estacionamiento es muy barato $ 18 tiempo libre. Es famoso también por las fiestas o ferias típicas que realizan ahí en algunas temporadas.

Lugar ideal de una relación pasada. Ese es el sentir que tengo respecto a este lugar.
Si buscas un sitio con quien caminar de la mano, mientras comen un helado, platican, compran chucherías en el tianguis cercano, disfrutan de las travesuras de un payaso y miran con calma el andar de las personas por las jardineras de este lugar, este es el sitio correcto.
Los sábados hay funciones de artistas callejeros en la explanada, un tianguis que ofrece comida, ropa, trabajos artesanales, etc; restaurantes para matar el hambre, puestos de papas, una heladería que también vende unas papas a la francesa riquísimas.
Cerca de la Av. San Fernando y la Calzada de Tlalpan, a unos minutos de la zona de Hospitales, puedes encontrar este hermosos centro, un mini Coyoacán, aunque más íntimo y sin tanta cantidad de gente.
Un buen lugar para salir a leer un libro o salir con la pareja, en su relación actual que seguro dejará sensaciones y recuerdos, siempre.

La ciudad de México ha crecido mucho al paso de los años, tanto que terminó «comiéndose» lo que antes eran varios pueblos y ahora conocemos como barrios o colonias, es el caso de San Ángel, Xoco y también de Tlalpan.
Sus calles empedradas, su tradicional kiosco, la parroquia de San Agustín de las Cuevas, el Mercado de La Paz, la Casa Frissac (donde se rumora que estuvo Chucho, el Roto, el Robin Hood mexicano) y el edificio de la Delegación dan la idea de cómo era antes este lugar y le permiten tanto a las personas que ahí habitan en el presente y a quienes vamos de visita, caminar y observar la vida en un ritmo distinto.
Frente al edificio de la delegación están los portales, donde pueden encontrar varios cafés y restaurantes para descansar los pies y entrar en calor después de esta visita.

EL centro de Tlalpan es una súper opción para pasar una buena noche, tranquilo con los amigos, y lejos de los tumultos de Coyoacán, La Condesa o el mismo Centro que a algunos les molesta. Cuenta con Restaurantes, la Plaza, museos, bares, cafés y con todo lo necesario para pasarla bien. Está bonito, está limpio e insisto no mucha gente va, tal vez por la distancia o yoo qué sé.
Cuando en Coyoacán era imposible caminar por los ambulantes, más la cantidad de gente que iba y las obras, yo me iba al centro de Tlalpan y me recordaba mucho los buenos tiempos de Coyoacán cuando no era tan concurrido.
La verdad es una excelente opción y muy recomendable para ir a ver el Grito de Independencia, se pone muy buena la fiesta y es de los lugares más bonitos y más seguros para hacerlo.
Sí soy fan.

Imagínense, pasé toda mi pubertad y adolescencia allí. Mi escuela secundaria está a solo dos cuadras del meritito centro de Tlalpan. Recuerdo con singular picardía que cuando nos íbamos de pinta pasábamos toda la aburrida y gélida mañana en el kiosco sin hacer nada, mirábamos los murales que están pintados en el edificio delegacional, entrábamos a la iglesia o al mercado de La Paz, juntábamos unos cuantos pesos para unas papas a la francesa de La Michoacana y esperábamos. ¿Qué esperábamos? Pues que dieran las 11:00 am para entrar a un billar que hoy ya no existe, pero donde nos vendían cervezas y nos dejaban hacer lo que la gana se nos diera en un tercer piso inhóspito y cómplice.
A esa edad no podía entrar a los bares ni pagar un mísero café, pero cuando los años me alcanzaron, bares como El ogro, La vorágine (que ahora es una excelente pizzería y del cual después hablaré), el café La selva, La Sazón y la República, fueron el centro de mis divirtimentos. Además, cuando la tarde es amena, uno puedo darse una vuelta por el parque Juana de Asbaje o por la Casa Frisaac; el uno un antiguo hospital derruido y convertido en jardín, muy cómoda para echar el beso, y el otro una casa cultural con pocas cosas que ofrecer.
En fin; el Centro de Tlalpan forma parte de mi vida y sus lugares y rincones guardan muchos de mis secretos y sueños rotos. Muchas veces, en las fechas conmemorativas como el día de la Independencia, Día de Muertos o Navidad, las kermesses, los puestos de recuerdos, artesanías y antojitos, le daban un toque muy mexicano a todas las historias que allí viví.
Pequeño pero memorable, el Centro de Tlalpan no se olvida.
PD. Los chicos que practican el «break dance» ponen sus grabadoras a todo volumen en el kiosco y se ponen a bailar sin parar; los poetas dueños del reino de los suelos te declaman feos poemas por 5 pesos y las personas con discapacidad te piden una moneda después de aventarte un camión lleno de piropos.

El Centro de Tlalpan es de esos lugares en los que pienso cuando quiero ir a caminar, a leer un poco en sus jardines o comer con mis amigos, quizá tomar un café o degustar algún otro manjar callejero mientras veo un espectáculo de música urbana o los eventos culturales que organiza la delegación.
En sí lo tienes todo. Bares, restaurantes, museos, cafeterías, pizzerías, un quiosco donde siempre hay actividades y lo mejor es cuando se instala el tianguis porque tendrás mucho para comprar. Las nieves de la zona son lo mejor, o bien irte a tomar un café a La Selva. Tampoco te resistas a comprar elotes en el puestecito de la esquina.
El edificio de la delegación también es una joya arquitectónica y puedes tomar fotos y observar sus detalles mientras los niños juegan con globos o persiguen a las palomas que también se dan cita para tomar el aire fresco.
De igual forma, y como en casi todas las plazas públicas, está una pequeña iglesia que es digna de visitar por su encanto colonial, así que prácticamente hay algo que hacer para cualquier persona. Te recomiendo estacionar tu carro en un lugar privado, ya que en las calles los lavacoches quieren cobrarte como si lo dejaras bien protegido.
Los viernes hay varias actividades, checa en la página de la delegación lo que tienen para ti cada semana.

El centro de Tlalpan tiene de todo, música, espectáculos, arte, historia, arquitectura, personajes, comida, de ¡TODO! Aquí se puede dominguear muy a gusto, pasar a comprar tu nieve riquísima y sentarse en una banca y disfrutar del atardecer mientras escuchas música.
También si se camina por sus calles, no puedes quitar la cara de «OMG» su arquitectura es exquisita. La gente es muy amable.
Es un lugar mágico que ha podido sobrevivir al paso del tiempo, ya que al llegar ahí parece que viajas en el tiempo o a un estado muy tranquilo.

El Centro Histórico de Tlalpan es uno de los testimonios arquitectónicos de una ciudad que durante el siglo XIX fungiera como capital del Estado de México, hoy día cabecera de una de las delegaciones más grandes del DF.
A lo largo del año este centro urbano suele hospedar exposiciones textiles, gastronómicas, artísticas, presentaciones de grupos de teatro, bandas musicales e infinidad de comerciantes. En las inmediaciones puedes hallar una arcana que conjuga varios restaurantes de comida tradicional. Además a unos pasos está la librería Alfonso Reyes del Fondo de Cultura Económica.
Sin duda un lugar que vale la pena por sí mismo como una reliquia gracias al conjunto estructural que lo conforma.