El Califa de León

Perdió su sazón con el cambio de parrillero, lástima, era un buen lugar para hechar taco…

¿Eres fan de las tortillas hechas a mano? Yo si, y por eso me encantan los tacos de el Caifa de León. Son caros si, me quedan lejos, también. Pero esos taquitos de costillita espolvoreados con sal de grano pufff! valen la ida y el tráfico.
Te recomiendo vayas después de la fiesta, cierran a las dos, pero si te aburriste o te dio hambre en medio de la pachanga ¡córrele! pa que alcances.
Todas las salsas las sirven en molcajete y según yo les da otro sabor.
PD. Si no tienes mucha hambre y sólo quieres un taco, sólo te dejan hacer eso con los de bistec. Costilla y gaonera van en paquete de dos.

Querido Califa de León: Muchas veces te han confundido con otro tugurio que comparte contigo el primer nombre, pero que para mi esta muy lejano de los elementos por lo que me he enamorado de ti. Desde el primer día que te conocí me gusto el horario en que atiendes, de 11pm a 2am y es que yo salía de trabajar de la redacción del periódico a medianoche y no había donde cenar algo decente; sin embargo, el changarrito contraesquina de la Casa de los Mascarones estaba encendido y despachando los tacos de costilla y bistec casi al momento de pagarlos por adelantado. Nunca olvidaré el minimalismo nocturno de tu decoración y su escalofriante distinción en ese único cuadro gigante donde una crónica periodística habla de cómo el entonces candidato Luis Donaldo Colosio paso a echarse unos taquitos a tu local. Entonces él era el gallo y ese gesto con los tacos a la parrilla hizo que muchos lo vieran con cariño. Eso dice la crónica y sonaba con esperanza en el futuro. Ahora sabemos que paso con aquel candidato a la presidencia, le dieron un tiro en Tijuana. Sin embargo, tu sigues ahí, en la Ribera de San Cosme, cerca del metro, frente al parquesito. Desvelándote y sonriéndole a los hambrientos. Ya no salgo tan tarde del periódico, ahora paso por ahí con mi familia y nos llevamos los tacos a la casa, pero tu sigues igual. Sigue así, que faltan muchos por conocerte.