El Pastecito

En la famosa calle de Cuauhtémoc en Coyoacán, se ubica este localito que ofrece al paseante de fin de semana pastes y empanadas.
en comparación de las «pasterias» de mas arraigo y fama, ciertamente en «El Pastecito» no vas a encontrar las mejores piezas de esta delicia tradicional de Hidalgo.
Aún así, el local es bueno y sus pastes son muy buenas para «matar el hambre» sobre todo si solo traes unos cuantos pesos en la mano.
Otra cuestión es que aparte de los pastes tradicionales de carne y mole también los hay en otras variantes: frijol y longaniza, atún a la vizcaína, tinga de pollo, salchicha con 2 quesos (manchego y philadelphia) y pollo con crema chipotles. Todos están decorados en su exterior con una curiosa pizca de ajonjolí.
También están los pastes dulces: piña, manzana, arándanos con queso y zarzamoras con queso. Un buen postre para acompañarlo con un café caliente.

Por si uno no gusta de los churros, pero igual desea algo que tenga masa y sabor dulce o salado, la recomendación para la merienda son unos pastes en El Pastecito de Coyoacán. Acompañado por un café del Jarocho, un paste de piña o arroz con leche puede ser buena opción para dar un paseo, o si tiene ganas de algo salado, la recomendación del sitio son los pastes de choriqueso, salchicha, huitlacoche, tinga o jamón con queso,
El precio de cada paste es de 15 pesos y por temporada, el Pastecito ofrece romeritos, los cuales también tienen un buen sabor para llevar a casa. Sea para ir comiendo o para disfrutar en casa, los pastes del lugar son algo sabroso para atolondrar a la tripa hambrienta mientras uno pasea por la zona.

El pastecillo es uno de los lugares más recientes que he visitado y es que andaba dando la vuelta allá en el Centro de Coyoacán y de pronto una luz roja me hizo ojitos y fui a dar a los pastes.
El hawaiano, el de rajas y el de frijolitos son muy bueno, realmente lo son, pero al probar el de zarzamora con queso filadelfia pensé que iba a ser una mejor opción, realmente no lo fue porque tenía más zarzamora que queso, pero no digo que no estuvieran buenos. El lugar no es un sitio para pasar, sentarte y degustar los pastes, simplemente es un lugar de paso para comprarlo y seguir con tu trayecto en tan bonita colonia. Una de mis favoritas.
Los pastes tienen un costo de 12 pesos, son algo grandes pero soy de esas personas de buen comer que uno apenas es como un tentempié. Vale la pena visitarlos y probarlos mientras andas dando la vuelta por esos lares.

Estos pastes son muy de paso y por si tienes un antojo que no puedes con él porque en realidad no son tan buenos como se pensaría, aun siendo que son empanadas en forma de paste y que no hay como mucho que perder pero realmente no los hacen como que muy ricos.
Lamento desilusionarlos pero mi paladar para pastes es muy exigente por mis continuos viajes a Pachuca y Real del Monte, en donde comes los originales y con ingredientes deliciosos. El Pastecito es como una cadena que está creciendo en el DF pero no son los mejores ni como empanadas, he tenido oportunidad de probarlos un par de veces y en verdad sólo puedo recomendarles el de manzana o arroz con leche porque el de queso con zarzamora o con otro ingrediente no son buenos, la mermelada está muy dulce y casi sin sabor, además el queso es una tirita que ni siquiera está en todo el paste.
Obviamente no tiene estacionamiento propio pero puedes quedarte por ahí en lo que alguien más los compra o hacer tu pedido cuando estés de paseo. El precio es más caro que cualquier otro paste: 15 pesos, que no es caro pero por los que valen mucho más la pena. Lo único que sí debo reconocer es que la muchacha que atiende es muy amable y siempre con una sonrisa en la cara.