Estética Lang

No quería separarme de ella; a ciencia cierta sólo quería permanecer junto a ella, quizá hasta el amanecer, o bien cuando llegará el fin de los tiempos. Ella sentía lo mismo; deseaba seguir viéndome hasta que su mirada se cansara. No sé bien qué pasó ni cómo, los dos no nos pudimos separar. Sólo tenernos cerca; nunca tendríamos que terminar. Cuando ella trajo sus cosas, apenas y cabíamos los dos. no Obstante, ella trajo en sus maletas, tres tipos de champú, sus respectivos acondicionadores, uno que otro protector de calor, tratamientos hidratantes, incluso por ahí leí placenta, reconstructores de puntas, jajajajaja, una cosa que se llama antifrizz, entre varias. Tampoco hay que olvidar que resultaba necesario una secadora, una plancha y una rizadora.
Al principio probó diferentes estéticas; cabello, ajuar de su existencia. Luego, se dio a recorrerlas todas. No sé por qué se arrimó a estilistas orientales. Quizá fue el barrio, tal vez la moda, la exportación del nuevo oriente. No lo sé. Lo que puedo decir es que ella no guardaba problemas en que le tocaran la melena en Estética Lang. El misticismo no es de occidente.