Helados Siberia

En estos helados es en lo que pienso cuando alguien me dice «vamos por unos helados a Coyoacán», ya tiene mucho que no los pruebo pero eran la parada obligada del paseo sabatino por este jardín. Recuerdo perfectamente los colores que se veían a través del vidrio de los refrigeradores. Mis sabores preferidos eran el de chicle y menta con chocolate, aún saboreo los pequeños chicles que venían mezclados con la nieve, no se si sigan siendo así pero seguro le siguen gustando a los niños. De un tiempo acá instalaron unas mesas sobre el andador de la plaza y tienen servicio de café, así que si estás a dieta puedes tomarte un café y disfrutar de la vista al Jardín Centenario. El menú se ha modernizado y ahora ofrecen Sunday, tizanas, té chai, smothies, frappes y sodas italianas.

Los Helados Siberia enmarcan mis recuerdos de niñez. No tengo duda de que mi mediana afición por los helados comenzó ahí, con el de cajeta en barquillo. En una tarde habitual de paseo por Coyoacán ahí surgía todo: luego cruzar por el jardín, cuando aún no llegaban aquellos artesanos que lo invadieron y que en años recientes fueron retirados; ver la función del mimo en turno (eran tan buenos actores que uno de ellos pasó a la fama como la mascota del equipo de besibol Tigres, bajo el mote de Chacho) y terminarlo, ya con el barquillo todo húmedo, sentado en una banca frente a la fuente de Los Coyotes o de la legendaria librería El Parnaso, que ya desapareció. Lo último, literal, era chupar lo que había escurrido en los dedos, que quedaban pegajosos.
Como ahora hay tantos establecimientos de nieves y helados tal vez los más chavitos no le den importancia, pero la tiene en la historia e identidad de Coyoacán y de esta ciudad. Si un día se pudiesen catalogar los negocios por su valor cultural, incluiría a esta heladería en la lista como lo haría con los churros El Moro o la Dulcería de Celaya. En Siberia lo cremoso es lo bueno, y de lo cremoso lo que lleve pistaches o nueces. Pero no se come ahí: hay que pasearlo por los hermosos jardines del centro de Coyoacán.

¡Unos muy ricos helados!
Su sabor es inigualable, no importa las heladerías que haya en la ciudad, estos helados no tienen comparación.
Este lugar siempre se ve limpio, sus productos saben deliciosos, eso sí cuando se junta la gente tienes que tener mucha paciencia, porque no se dan a basto.
Los sabores que tienen son muy variados, mi favorito chocolate y zarzamora. Los precios son moderados; recientemente metieron un pequeño servicio de café.
Estos helados son de tradición, tienen que probarlos, disfrutarlos y saborearlos, simplemente son deliciosos.

Cuando era niño, solía ir con mi mamá cada fin de semana a comer un helado especial a esta heladería. Cabe destacar que estabamos muy rechonchos en esa época ya que el helado especial consta de helado de zarzamora con queso, crema, encima una capa de mermelada de zarzamora, crema, nuez, una fresa y dos galletas. Cada uno se comía uno de esos y terminábamos en el hospital destapándonos las arterias. Algo divertido para hacer el fin de semana.
Los productos de este lugar, son de primera calidad y naturales, la atención es excelente Los precios no son nada altos.
A la hora de la gente, los helados se atascan así que cálmate y ten paciencia ya que tardan bastante en atenderte. Ni se te ocurra ir en un fin de semana ya que no vas a salir ahí.
Si estás en el centro de Coyoacán, esta heladería es uno de los lugares obligados para visitar.

Los Helados Siberia están elaborados con materias primas de 1era. calidad, son productos 100% mexicanos con una tradición en Coyoacán desde 1930.
Recuerdo que en mis paseos a Coyoacán los domingos con mis hermanos no podía faltar el delicioso helado de mamey que es el que más me gusta, a veces mis hermanos preferían una rica paleta helada de limón o de fresa, ahora ya pasé la estafeta del paseo a mi hija a pesar de que hay ocasiones en que tienes que hacer una larga fila para poder comprar tu helado no puedes dejar de ir a Coyoacán sin comprártelo.
Que sencillo puede ser gozar de un helado y platicar caminando por las lindas calles de Coyoacán, realmente el costo es adecuado y la calidad de los helados es muy buena.
A pasear recordando tradiciones.