La Hamaca Y El Rebozo

Regresar a los orígenes… esta tienda inspira a cualquiera, lo étnico, lo artesanal. Este pequeño local ofrece todo tipo de rebozos, para cualquier necesidad, desde el enorme para cargar al bebé, que toda mamá seguro necesita, hasta el tipo chalina, solo para cubrir la espalda. Los materiales son de diferente calidad, y que decir de los colores, una gran diversidad.
Por supuesto que la moda no se podía quedar atrás, hay desde las famosas blusas y blusones largos, hasta faldas, accesorios para el cabello, cobijas pequeños juguetes hechos a mano. Digamos que en esta tienda encuentras lo que en cualquier puestecito de alguna plaza, o en algún pueblito hecho por indígenas y artesanos mexicanos., solo que la diferencia es que en este lugar es más ‘nice’ y muchísimo más caro, aunque igual encuentras algo que seguro te encantará, a mi me fascinaron las hamacas sería muy agradable tener una de esas en el patio de mi casa o incluso en mi recamara.

Mi primer contacto con esta tienda fue a través de uno de sus productos: cuando nació mi bebé, una amiga muy querida fue a vernos al hospital y me llevó una bolsita de manta muy mona con un regalo que no abrí hasta varios días después, una vez que la vorágine de recibir a un bebé empezó a disiparse (¡gracias al cielo!).
La bolsita traía un rebozo divino, con colores muy mexicanos (de hecho, a ese rebozo le llaman «el mexicano») y también un cd-​instructivo que te enseña cómo colocarlo según la edad del bebé y el tipo de rebozo. La verdad el regalo me fascinó. Al principio batallé un poco pero ya que le entendí andaba yo de aquí para allá con mi bebé dentro del rebozo. De hecho, todavía lo uso y mi niño va para el año. Francamente, la experiencia es maravillosa. Él se siente seguro, calientito y apapachado y la madre… también.
Más tarde fui a la tienda de la Condesa, en donde encontré todo tipo de linduras, vaya, dejaría el lugar vacío si me diera el presupuesto. Mis productos favoritos definitivamente son los moisés (una verdadera belleza). Los juguetes son hermosos también. Los precios son altos, así que hay que ir preparado.

Una propuesta clara: back to basics, una tendencia que todos estamos abrazando últimamente. En este lugar venden tal cual hamacas y rebozos pero con fines prácticos, como las usaban originalmente las indígenas de nuestro país: para cargar a sus hijos.
Y según mis amigas que han utilizado así los rebozos son una maravilla. Aquí venden también un montón de utensilios para las mamás, para hacerles la vida mucho más fácil, todo hecho con técnicas tradicionales y telas naturales.

Hay una voluntad real por regresar a lo vernáculo, lo folklórico de nuestro país; se levanta como una moda pero también como una fuerza de identidad: no dejar atrás nuestros usos: los rebozos (de banda, envolvente, de dos aros), las hamacas (de silla, hamaquita, de nido, redonda) y otra suerte de accesorios que en las manos de esta cadena de tiendas se vuelve más que un artesanía, un logro del diseño, pues se nota que sus productos –evidentemente– están dirigidos a personas con posibilidades económicas de hacer estos saltos hacia el pueblo sin empaparse totalmente, por lo menos, de una falta de diseño muy usual en los productos del pueblo, gracias a que la gente común los usa por necesidad. También hay bolsas, blusones, cobijas, cojines, diademas, faldas, juguetes y una chica güera hermosa y súper fresa en la entrada –sabe todo lo que se tiene que saber sobre rebozos y hamacas– que te atenderá de lujo.
¿Buscas una hamaca muy «nice»? Pues debes venir a este lugar. No lo vas a poder creer.