Librería El Callejón de los Milagros

Ahí mismo me encontré a quien atiende la librería El Laberinto, no sé bien qué era lo que estaba haciendo ahí pero definitivamente no estaba a cargo de la librería, tal vez estaba haciendo algún negocio.
Esta librería me llamó la atención porque tienen casi en la entrada, en un librero, acomodados con extrema precaución libros con la misma paleta de color. No se pueden tocar, lo cual me dio un poco de coraje porque al entrar a esas librerías, lo primero que quieres hacer es tocar algún libro para saber qué tienen qué contar y saber cómo van a contarlo, no es el caso, a esos libros no se les toca.
La chica que estaba en el mostrador fue muy amable cuando me dio los datos de la tienda, es joven y tenía piercings.
Había dos personas más hojeando los libros que sí tenían permitido ser hojeados, ninguno se llevó nada.