He visitado esta cantina en su versión ligera y tradicional y en la versión fiesta. En la planta baja está la cantina tradicional en la que hay mesas cantinera cuadradas, puedes echar unos tragos, platicar y jugar dominó mientras escuchas canciones de Alejandro Fernández o de Ana Bárbara. Pero si eso no es de tu agrado, la parte de arriba es como un antro con un ambiente mucho más obscuro, ponen música para bailar y el ambiente es igual de relajado, pero más entregado a la fiesta. En ambos niveles la he pasado bien, el servicio es bueno y amable y en general me agrada la instalación de esta sucursal, las paredes con frases«célebres» el contraste de ambientes lo hacen un lugar único y una muy buena opción para ir entre semana o en fin de semana con los cuates un rato a platicar de la chamba o los rollos personales y después subir a bailar un rato, conocer gente y relajarse. Nomás no se pasen de copas porque, además de poner en riesgo su vida, está sobre insurgentes y los alcoholímetros están a tiro de piedra.