Miralto

No es un lugar al que vayas por la comida, pero no por eso la comida es mala. La oferta gastronómica es suficiente para brindar al comensal una buena experiencia, pero, a mi gusto, no tanto para hacerlo volver por ella… Problema que no van a tener, los nuevos y los «reincidentes» vamos a la vista, no a comer.
El servicio es esmerado, no es rápido, pero tampoco es demasiado lento. En cualquier otro lugar tal vez se notaría, pero aquí está uno muy distraído con el paisaje como para prestarle demasiada atención al reloj y al mesero.
La decoración es pasable, y no debería ser más que eso, no va uno a admirar lo que está en las paredes, sino lo que su ausencia permite disfrutar.
Es un lugar ideal para una cita romántica, no importa si es la primera o la celebración de 50 años de casados, es más, hasta las citas de romances furtivos toman un sabor distinto en ese espacio que sirve para hacer una última defensa de la belleza de nuestra Ciudad.
En lo que se especializan más, y no debe faltar, es la cocktailería. Es un lugar ideal para disfrutar, acompañado, de un buen trago, mezclarlo con el paisaje, disfrutar y relajarse. Por favor, no vayan solos, menos si la están pasando mal, debe ser muy fácil tomar una mala decisión subir dos pisos en elevado y bajarlos todos «de sopetón»…
Ampliamente recomendable, nadie que visite la Ciudad debería abandonarla sin conocerlo.

While visiting Mexico City my friends and I wanted to see the view from Torre LatinoAmerica. We had heard that purchasing dinner included access to the views (not true) but the view from the restaurant was really nice. (41^st floor). The women’s bathroom included two walls that were windows with fabulous views of the park and streets below.
The bar area, which we didn’t patronize, also had a great view.
I am focusing on the view because the entrees were really bad. First though, the cheese appetizer ($ 310 pesos) was good and had a good variety. I don’t drink wine, but my friends enjoyed a white wine with dinner. Our waiter was very attentive. We ordered two filet mignons, one steak with pimiento sauce and black rice, the fish and Cornish hen.
The filets were white, and they tasted like pork. The fish was so tough it had to be cut with a fork and a lot of strength, and the Cornish hen looked more like a full grown chicken. The steak with black rice was overcooked but it was beef.
When we pointed out our disappointment our waiter brought over the head waiter and he listened carefully to our concerns and asked us to fill out a survey describing our experience. He comped us a flambé dessert of crepes, oranges and this amazing ice cream — created table side. It was really delicious.
When the bill came we were shocked to see that the head waiter had deeply discounted our meal in an effort to make things right for us.
We were so grateful for his attention to our needs.
1 star for food
5 stars for service
3 stars for ambience

Reseña de desayuno:
Comida promedio, no muy agradable, comparativa precio-​calidad mala, no hay algún platillo que pueda considerar rico, pero tampoco algo muy malo, hay lo que se puede esperar de cualquier desayuno buffet. La comida no es muy fresca y no mantienen todos los platos surtidos, por lo que no puedes comer de todo a menos que tengas la suerte de encontrarlo.
La ventaja que tiene es la vista y es un lugar cómodo. Sin embargo, el aire acondicionado no es suficiente para mantener fresco el lugar, lo que te deja a una temperatura muy incomoda para disfrutar la comida.
El servicio es bueno, y los meseros son atentos y hay música en vivo. Las pequeñas ventajas extra son lo que me hizo ponerle 3 estrellas en vez de 2.

Hoy domingo buen buffet, servicio de meseros muy atentos y me al piano música agradable, para ser nuestra primera experiencia nada mal.
La vista agradable y el clima bueno.

Me gusta mirar la ciudad de México desde las alturas. Caminar por sus calles a diario, puede hacer que me olvide un poco de las perspectivas que convierten a esta capital en una de las más grandes del mundo, por esta razón subo a este mirador de vez en cuando y lo disfruto demasiado.
Me encanta subir en la noche, yo casi siempre voy con mis amigos, pero he de admitir que el lugar es ideal para ir en plan de romance con alguien, pues son varias las parejitas que se reunen en el bara tomar un trago.
De un lado encontrarás el restaurante, que cierra más temprano que el bar, que se encuentra al otro costado de la torre.
Los tragos son básicos, los precios accesibles, la comida del restaurante no es nada del otro mundo pero no está mal.
Tienes que tener paciencia, pues es común que el Miralto se encuentre lleno, sobre todo en la noche, pero vale la pena esperar.

Directo al punto: lo único que vale la pena en este lugar es la vista.
En uno de los pisos más altos de la Torre Latinoamericana la vista que tienes en este restaurante o en su bar es fantástica, abarcando los cuatro costados. Seguramente no tienes otra vista igual en ningún restaurante de la ciudad.
La comida es bastante equis tirándole a mala en algunos platos. Opciones hay varias en el centro histórico para comer bien, pero ésta no es una de ellas. Le he dado varias oportunidades y siempre salgo con la misma sensación de arrepentimiento.
Mi recomendación: si quieres quedarte aquí un rato, come antes y sube al bar a beber algo. Si sólo quieres echar un vistazo, mejor sube al mirador.

El Miralto es sin duda la primera opción que debes tener para comer o cenar en las alturas de la ciudad de México, sobre todo en los días en que se cuente con buena visibilidad, lo mejor es en la tarde noche cuando puedes disfrutar del ocaso del sol mientras degustas una copa de vino y un plato de jamón.
Es un buen lugar para ir en pareja o en familia, te aseguro que será una experiencia que un niño no olvidará fácilmente, además el lugar es bastante agradable y si vas en la tarde en un día soleado trata de pedir una mesa de lado oriente, tendrás una vista privilegiada de los volcanes del valle de México.
Lo mejor es acudir en otoño o antes de primavera, cuando los días son bastante limpios y hay pocas nubes. el costo es un poco caro pero la verdad vale la pena por el paisaje y además la comida es bastante buena.

No mucha gente sabe de este lugar, no entiendo por qué.
Hasta arriba de la torre Latinoamericana (no en la punta, pues, pero sí muy arriba) hay un restaurante y un bar. Sus precios no son nada caros. Te sorprenderá ver que te gastas lo mismo aquí que en cualquier bar de la Roma. Y la vista no tiene comparación con ningún otro restaurante ni lugar en la ciudad (salvo tal vez el Bellini). Te recomiendo venir en la tarde y quedarte el tiempo suficiente para ver el atardecer. Algunas noches hay música en vivo.
Los fines de semana hay buffet de desayuno (150 pesos). La comida a la carta es buena, se ve que se esfuerzan en la cocina. Me gustan la sopa de cebolla y el fondant de chocolate.
Tip: Si eres mujer, ve al baño. No es broma: tiene paredes de cristal y puedes ver la ciudad desde el cubículo.

Una excelente opción para cenas románticas, ya sea de día o de noche, aunque yo prefiero la segunda opción. A 41 pisos de altura el Restaurante mustra un vista espectaculas de la hermosa Ciudad de México, es servicio es muy bueno y la atención desde la entrada también.
Fusionan la comida francesa, española e italiana y su menú es muy recomendable, lo imperdible es el carpaccio de trucha y la sopa de cebolla. Además tienen un área lounge donde se puede fuamar, no esperaras bajar 40 pisos para hacerlo… y está muy agradable ese espacio donde te puedes sentar, tomarte una copa y fumar tranquilo.
Ofrecen paquetes especiales para entrega de anillo de compromiso y aniversario. Muy recomendable.

Si te gustan las alturas y te gusta la comida mediterránea, te recomiendo venir al Restaurante Miralto, ubicado en el piso 41 de la Torre Latinoamericana. De día o de noche, la vista es increíble, la comida es buena, un poco caro, pero vale la pena. Tienen una buena carta de vinos, el lugar es tipo lounge, en tonos rojos, cristales muy amplios, en todo momento tienes la gran ciudad a tus pies. Toda la carta de comida es excelente, si me pides sugerencias, pide la sopa de cebolla y el filete de res a la mostaza. Los camarones al estragón son un poco caros, pero ¡valen la pena!
Hay música de piano, el ambiente es muy relajado, ideal para conversar, celebrar algo con tu pareja, o simplemente deleitarse con la gran ciudad. Puedes reservar, y abre de martes a sábado de 13:30 a 22:00 horas, los lunes cierran a las 21:00.