Monumento a la Revolución

Hay mucha historia detrás de El Monumento a la Revolución, me centraré en su reinauguración como parte de los festejos del Centenario de la Revolución. Conservaron su arquitectura original. Renovaron el Museo Nacional de la Revolución, el mausoleo, se rehabilitó la fuente y además fueron restaurados desde la piedra hasta el cobre. Tiene un elevador con paredes de cristal que lleva hasta el mirador que ha sido reabierto al público.
La Plaza de la República y el Museo Nacional de la Revolución se localizan en la Colonia Tabacalera, la cual ha sido cede de innumerables eventos. Obvio Unilocal no se queda atrás … Esa primera fiesta que le dio la patadita a Unilocal en CDMX, esa celebración en Crisanta, se acuerdan? O la primera Unilocalosada en el Hotel Casablanca, o el el evento en Gotan, el Rol que dimos con los de Rutas de Bicicleta y el bicichoque, jajaja. En fin, este monumento a la Revolución ha sido nuestro cómplice en muchas ocasiones. Amo venir ya sea a desempansonarme de los atascones que me he dado en los restaurantes del rededor o solo a dar el rol en la bici con mi persona preferida y ver a la gente remojarse en la fuente, o a ver cómo se reúnen todo los de los recorridos de las bicis, o ver proyecciones de los cinitos con documentales de Ambulante, o quizá subir en el elevador y tomar café, en fin, siempre es un deleite pasar por aquí desde siempre.

Como buena citadina, nunca había subido al Monumento a la Revolución.
Por circunstancias de la vida, hoy fue el día en que decidí subir.
El costo por subir 52m a toda velocidad es de $ 50 y $ 30 con credencial de estudiante.
Dejas todas tus cosas en paquetería ya que no puedes ingresar alimentos.
Recomiendo subir con un día despejado para al menos ver la ciudad al horizonte.
La contaminación es bárbara que hace cuestionarnos por qué seguir en la ciudad, una de las más grandes de Latinoamérica.
Si quieren impresionar a sus visitas, este monumento es una increíble opción.
Pocas construcciones magistrales hay en América Latina y esta es una de ellas.

Cuando me enteré que este monumento es una obra fallida me peso en el corazón y hasta lo odié un poquito. Pero el día en que lo vi en la ciudad me atrajo con su luz como a un mosquito lo atrae las lámparas azules.
Creí que estaría cerrado por el horario pero resulta que en sábados cierran más tarde, así que pague el acceso al mirador, pues los recorridos guiados por dentro de la estructura eran más caros y ya habían terminado (probablemente muy interesantes).
Subes en elevador a la cúpula, el elevador es de cristal por lo que durante el ascenso puedes ver la ciudad y el interior del monumento.
Arriba hay un café, y técnicamente el monumento es un mirador de 360° desde el cual podrás ver diferentes puntos de la ciudad.
De noche la vista fue espectacular y me perdí en mis piensos durante el tiempo que estuve arriba, probablemente 2 horas. Y no es que haya mucho que hacer, sólo ver pero estaba fascinado con la ciudad y un corazón roto necesita distraerse.
También tiene dos telescopios (costo extra), desafortunadamente no funcionaban la noche de mi visita.
Junto a la taquilla hay una máquina de presionar pesos, metes unas monedas y aplastas una moneda de a peso para grabar algo en ella. Una forma económica de conseguir un souvenir.

Bueno, el DF se destaca muchísimo por su arquitectura, sus edificios, fachadas y –obviamente– sus monumentos y el de la Revolución no es para nada una excepción, es un espacio realmente bello y encantador por el que siempre da ganas de pasar, sacar fotos y estar en un sitio con tremendo significado.
El Monumento a la Revolución es una especie de mausoleo con cuatro arcos y una cúpula sumamente linda, todo de una belleza arquitectónica sublime. Es tan interesante pasar de día y ver toda la gente a su alrededor, como también cuando esta iluminado de noche.
Para los que gusten, hay que decir que se puede subir y obtener una linda vista de parte de la Ciudad de México desde arriba, como también tiene un museo el cual no tuve la oportunidad de conocer. En fin, el monumento es hermoso y –como dije anteriormente– tiene un gran significado y es un lugar sumamente emblemático para México, por lo cual es imposible no darse una vuelta por ahí.

Los humanos necesitamos marcar visualmente nuestra historia. Si vas para Santiago de Chile, quieres conocer La Moneda, porque sabes que estando allí vas a tener un insight de nuestro ADN.
Si vienes a México, tienes que pasar por el Monumento a la Revolución. Y ojo que sólo digo pasar, porque aunque no he tenido aún el honor de entrar y empaparme de la movida narrativa histórica azteca, si puedo decir que en este sitio se respira sangre, sudor y lágrimas de la gente que sembró los cimientos de este gran, gran país.
No sólo el Monumento en si, te habla de México. En sus faldeos, acampan manifestantes, saltan acrobáticos skaters y el domingo se instala una notable feria de reciclaje, en la que los mexicanos llegan con sus desechos electrónicos para ser canjeados por «puntos verdes», que luego a su vez pueden utilizar como moneda de cambio en un pequeño mercado que se instala a un costado.

Seee yo a todo lo que sea tan grande dentro de una ciudad, tan lindo y que encima celebre una revolución le voy a clavar 5 estrellas de una.
No tuve el placer de entrar al museo o subir el ascensor a la terraza pero pude rodearlo muchas veces y ver la belleza de su construcción, el tamaño imponente que tiene alrededor de la plaza y ver como centenares de niños y adolescentes se juntan ahí con amigos para charlar, bailar, tocar música o simplemente chapar contra una pared (vi bocha de gente así)
Las fotos que saqué hablan por si solas (eso porque soy el mejor fotógrafo del mundo). Aparte me re servía para guiíarme en la ciudad cuando me perdía o estaba lejos.
Taxi, al monumento a la revolución! y a 2 cuadras me estaba quedando.

Este monumento encierra una gran cultura e historia de México. El precio de las entradas puede variar dependiendo que secciones que desees recorrer y cuenta con algunos descuentos como para estudiantes y maestros. Desde el área de taquilla todo el personal es muy amable y cuando comienzas a ascender el elevador el personal comienza a explicarte y darte detalles de este hermoso monumento. Es sorprendente ver tanta belleza en un solo lugar, aunque en mi visita solamente adquirí el paquete básico no pude apreciar todas las partes de este hermoso edificio. Cuenta con binoculares para apreciar mejor la ciudad y tienen un costo de $ 10, unas bancas para aquellas personas que quieran sentarse a admirar la belleza de la ciudad mientras disfrutas alguno de los productos de la cafetería que se encuentra en su interior. Hasta cuenta con servicio de baños aunque están muy abajo y las escaleras son pequeñas y el lugar luce bastante tétrico.
Sin duda lo que se debe destacar de este lugar es la gran amabilidad del personal que hace que tu experiencia se vuelva algo más que agradable. Al terminar el recorrido la salida se encuentra una tienda en la que puedes adquirir diferentes artículos que van desde tazas hasta libros. A mi parecer los precios son un poco elevados aunque valen la pena.

De las más grandes sorpresas que me lleve al visitar la Ciudad de México!!! Historia, asombro, arquitectura, revolución, puedo recomendar ampliamente los cuarto tours que son: sótano, mirador, linternilla y columnas

What an amazing place. You Provably only need about 1 – 2 hours to see everything here (maybe less). However, I definitely recommend you stop here during your visit to Mexico City. The monument itself is amazing! If you have kids, the outside has a fountain where kids love getting wet. It’s a fun place not young kids and adults.

Muchas veces, estamos en nuestra transitada Ciudad de México, en medio del tráfico y de tantos problemas que nos aquejan. Y nos olvidamos de lo maravilloso que tenemos al rededor, de la hermosa vista, por ejemplo. Ayer, tuve la dicha de visitar este gran mirador de 365 grados, que nos da la oportunidad de ver los 4 puntos cardinales de esta magnífica ciudad.
El costo es de $ 40, pero existe descuento para estudiantes, maestros, personas de la tercera edad, y grupos todos ellos con credencial o identificación, quedando en sólo $ 20.
Y si la experiencia en el mirador después de subir por un gran elevador, no fue suficiente… Existe la parte más alta, llamada «La linternilla» su costo es de $ 30, y se encuentra en la parte más alta del Momento a la Revolución.
Sin duda, es una experiencia fascinante, en cualquier momento de esparcimiento que tengan, les recomiendo visitarlo, y conocer desde otro punto, nuestra ciudad.

El monumento es bastante imponente y el museo es excelente. La historia de México muy bien explicada, resumida e ilustrada.
La joyita: escondido en la exhibición está el rifle regalo de Lincoln a Benito Juárez, presumiblemente usado para fusilar al archiduque Maximiliano.

The first time I visited Mexico City, I stayed in a small, shabby hotel around the corner from the Monumento a la Revolución. The neighborhood was quite run down and the monument itself was in poor condition. The stone was grey from years of pollution and I often saw used drug needles as I walked around Republic Square desperately wanting to climb up inside this building.
These grounds were originally intended for a grand legislative palace and the dome section was erected in the early 1900s. Carrara marble sculptures were ready for installation upon completion of the palace. However, construction stopped during the revolution and the quest for a palace evaporated. The exposed steel framework sat open to the elements for the next 20 years until it was almost destroyed for a planned hotel. Fortunately, in 1932, construction resumed on the dome and steel framework that was incorporated into a monument designed by architect Carlos Obregón Santacilia and sculptor Oliverio Martinez. The columns of this 220-​foot tall structure serve as a mausoleum for four presidents — Venustiano Carranza, Francisco Madero, Plutarco Calles, and Lázaro Cárdenas — and revolutionary leader Francisco ‘Pancho’ Villa.
In 1970, interior access was shut down and the monument and square were essentially abandoned for 40 years. That’s the monument to which I was introduced and in spite of its condition, I always walked about here on my frequent visits to the city hoping for the day when I’d get inside.
In 2010, the anniversary of the revolution brought dramatic change to the monument and Republic Square. The stonework was cleaned and joints repaired, a new glass elevator was erected through the monument’s center, a museum opened in the steel framework below ground, and a large water feature was placed into the square itself.
It’s now 2014 and the area has shed its unfortunate past. I saw so many smiling faces here as every couple, young and old, were kissing, young folks relaxed and rode skateboards, mothers and fathers watched their children play in the water shooting up out of the square, and others, like me, rode the glass elevator to the sky.
While poor Maria — hey, Maria! — the elevator guide, had to give the same monologue a hundred times a day as she went up and down in the elevator, the ride was thrilling for me. Exiting the elevator, I walked around the stonework of the dome and ventured out on the terrace overlooking the city. Getting close up to Mr. Martinez’ magnificent sculptures adorning the dome exterior was incredible.
This experience was one of the highlights of my trip because it felt so good to finally see this monument resurrected and a neighborhood transformed.

Esta plaza me gusta. No debería de hacerlo por la carga que tiene, (de monumento no tiene nada, quedo así porque se robaron el material en la revolución) y está permanentemente lleno de campamentos de los maestros, que lo afean y lo vuelven apestoso. Sin embargo me gusta. Me gusta el espacio completo; me gusta que del lado que da hacia Av Juárez funge como escaleras de Montmarte, con la gente reclamando un espacio donde sentarse, reunirse, platicar y no hacer nada. Eso está complementado por los niños que juegan en los chorros de agua a unos metros, los patinetos que practican del lado de la sombra, las parejitas fajando, los vendedores de helices con leds en las puntas. El monumento cuenta con una cafetería y si pagas, puedes subir al mirador y chilautear un rato allá arriba. Alrededor hay buenos restaurantes y bares para todos los presupuestos.

Habíamos pasado por aquí un domingo ya hace tiempo y queríamos subir al mirador del monumento pero nuestros planes no nos lo permitieron. Sin embargo el tiempo que pasamos en la plaza fue interesante y nos dejó con ganas de regresar.
En la plaza tienen unas fuentes que por lo menos en los fines de semana se enciende por 20 minutos cada hora. La primera vez que estuvimos ahí llegamos cuando la fuente estaba apagada y después escuchamos muchos gritos y mucha conmoción y después nos dimos cuenta que todos estaban corriendo hacia la fuente para refrescarse en una tarde calurosa.
Ahora regresamos entre semana y entramos al monumento a ver los cimientos y el mirador. Fue un recorrido interesante y entretenido. En los siniestros se encuentra la mayor parte de historia y en la parte de arriba en el mirador se pueden observar varias partes de la ciudad (aunque creo que del mirador de la Torre Latino se puede obtener una mejor vista, este mirador no esta tan mal).
También tienen tours más extensos en los que te llevan a la parte de hasta arriba del monumento por medio de las escaleras originales y muestran otras áreas que en el recorrido normal no se ven.
Nosotros la verdad la pasamos mejor de lo que pensamos y se lo recomendamos a otras personas.

Para conocer lo que sucedió en la Revolución Mexicana, más allá de lo que aprendemos con los libros de historia (dicho sea de paso no es mucho) puedes visitar el Museo Nacional de la Revolución, ubicado frente o mejor dicho debajo del Monumento a la Revolución.
En este espacio se puede hacer un recorrido por las distintas etapas de esta lucha social, además de tener una sala temporal para exposiciones que tienen que ver con este tema así como un museo de sitio que muestra cómo se fue construyendo el Palacio Legislativo del Porfiriato, que nunca llegó a ser.
Tienen también un calendario de distintas actividades culturales como narración oral y talleres, así que es buena idea informarse para visitar este espacio y aprovechar.

Este lugar vive su mejor época, pues hace unos años que lo remodelaron y la verdad es que les quedó precioso.
De entrada luce más moderno, más atractivo y ahora subir a su mirador resulta más fácil y rápido, pues anteriormente tenías que subir por una de las columnas que sostienen el Monumento a la Revolución a través de unas escalinatas.
Hoy en día es posible completar el recorrido de este museo subiendo por un elevador transparente que confore subes te permite descubrir poco a poco la ciudad de México.
El museo se encuentra bajo una parte de la Plaza de la República y encontrarás algunos datos cronológicos de lo que fue la Revolución Mexicana, así como fotografías y datos de los personajes centrales de esta lucha.
No te pierdas este recorrido que está al alcance de todos, de verdad no te arrepentirás.

Es tan normal para nosotros el Monumento a la Revolución que la mayoría del tiempo no nos ponemos a pensar que sin este monumento la ciudad no seríà la misma, incluso es un punto de referencia, por el metro por insurgentes, por muchas razones, para quedar con alguien o para ubicarnos, es lugar de plantones y manifestaciones.
Pero es más que eso es u n monumento que nos recuerda que de vez en vez las revoluciones ideológicas son necesarias, para la evolución política y social de un país, no ha sido el único movimiento armado que hemos tenido, pero si es el más ubicable, debido a que todos hemos tenido nuestra etapa revolucionaría, anti sistema, por eso todos nos sentimos parte de esa historia aunque no la hayamos vivido. Permanecerá ahí, por muchos siglos o eso espero, para que nunca olvidemos por si algún día necesitamos recordar de donde venimos para ver a donde vamos.

Una de las zonas renovadas de la ciudad de México. Había sido olvidado, pero ahora hasta una ruta del metrobús pasa por ahí (que, por cierto, es una ruta muy bonita para ir turisteando).
El Monumento a la Revolución ahora luce más que nunca, incluso se puede apreciar si vienes caminando sobre Juárez (situación que antes era casi imposible).
Su explanada también es un buen lugar para caminar, andar en bici o hacer piruetas con la patineta. Además existen unos chorros de agua que salen del suelo, para que los pequeños (y los más grandes también) se diviertan (aunque a ratos parece el Tepetongo de la Tabacalera).
En fin, el Monumento también tiene un museo y un mirador, puedes empezar a ver desde el elevador de cristal.

Obra del arquitecto Carlos Obregón, el Monumento a la Revolución fue concluido en 1938, aunque fue proyecto original de Porfirio Díaz, la cual inicialmente fue proyecto para ser una Cámara de Diputados, irónicamente sería edificada dos décadas más tarde y conmemoraría el derrocamiento de Don Porfirio. De 1942 a 1970 fueron trasladados los restos Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa, Lázaro Cárdenas y desde entonces yacen en criptas de las cuatro columnas del monumento.
El monumento es parada obligada, pero podrás apreciarlo de cerca si entras al museo, además el elevador de cristal te da un panorama espectacular del entorno y la mejor forma de apreciarlo es si viajas en turibús, pues éste lo rodea de ida y vuelta, haciendo de tu visita una experiencia agradable que te dejará con un buen sabor de boca.

Este lugar, es uno de los miradores más bonitos de la ciudad de México. Desde la parte de abajo, es imponente, transmite un halo de grandeza que recorre tu cuerpo y te hace tener la piel de gallina. Cuando subes, puedes ver durante todo el trayecto del elevador, el hermoso centro capitalino. Cuando llegas a la cima, te encuentras con un recorrido circular desde el cual puedes ver por todos los ángulos la Ciudad de México y que por una módica cantidad de dinero puedes usar los binoculares.
En el subterráneo, puedes pasar a ver los cimientos con los que fue construido.
En la planta baja, cuenta con un pequeño restaurante y una tienda de recuerdos.
Sin duda alguna, este lugar es uno de los lugares imperdibles de la Ciudad de México.

El monumento a la Revolución, lleno de historia y una vista hermosa.
Este monumento ha ido adaptándose a las necesidades de la ciudad, ahora cuenta en la parte externa con fuentes danzantes de colores, un elevado y abrirán el mirador en la parte superior (otro diferente del que ya está abierto al público).
La vista desde el mirador es padrisima, siempre y cuando no haya manifestantes instalados en sus alrededores, cuentan con servicio de cafetería por lo que puedes disfrutar de un rico café acompañado de por esa hermosa vista.
Para subir al mirador hay paquetes que también te incluyen el sótano, pero tiene algunas desventajas ya que si el elevador no está en servicio no se puede visitar el sótano y por las escaleras no se puede subir con mochilas grandes, por lo que se tienen que dejar en paqueteria. Sin embargo, vale la pena subir todos esos escalones para contemplar lo que desde ahí se ve.

Cada día que camino por el centro de la Ciudad de México, siempre me desvío y voy a visitar el Monumento a la Revolución, pues aunque hoy en día no es un lugar que se pueda visitar fácilmente por eso de las manifestaciones, el Monumento a la Revolución es un lugar que deben visitar, sin duda alguna es padre llegar y ver tan bella obra arquitectónica, la cual está dedicada a la conmemoración de la Revolución mexicana.
Me encanta caminar, ver como grupos de chavitos van y se ponen a bailar, a hacer piruetas, malabares, otros van con sus patinetas, otros simplemente a caminar de la mano con el novio o la novia e infinidad de personas que van y lo visitan, al igual que el museo que está en la parte de adentro y subir por el elevador… ¡está muy padre!
Algo que realmente no me encanta, es que cada que visito dicho lugar, hay personas que se están mojando en las fuentes, ¡sí!, esa fuente con luces que están frente al Monumento, se ven tan bonitas y no me encanta la idea de que tomen las fuentes como un juego, sin embargo ya es cuestión de gustos. De ahí en fuera éste maravilloso lugar debe ser visitado por todos los que vivimos en la Ciudad de México y por los que no… ¡también!