Museo del Automóvil

A pesar de contar con un acervo amplio de autos clásicos con todo original en sus interiores, la calidad del servicio y la cantiadad de autos que se encuentran en su colección se ha reducido de manera drástica al otorgar la parte superior a un gimnasio y a una tienda de conveniencia OXXO.
Inaugurado en el Pueblo de San Pablo Tepetlalpa en 1991 y fue creado con la finalidad de mantener y conservar los vehícullos antiguos, al mismo tiempo que exhibe los adelantos que hay en dicha industria, mostrando autos como son Rolls Royce, Packard, Mercedes Benz, Ford, Alfa Romeo, Porsche, Chrysler, Chevrolet, Volkswagen y otras marcas.
Por si fuera poco, participan en este inmueble, diversas asociaciones y clubes de automóviles en la ciudad de México, esto con la finalidad de interesar a la afición amateur por esos carros que por sus características pueden y deben ser considerados piezas históricas.

El lugar está bien padre. A mí lo que me gustaría es que encendieran sus motores y escucharlos. A poco no. Si, digo, lo padre de una nave anterior a los ochentas es el rugir de su motor, si no, pues para qué. Pero en fin.
La onda aquí no es sólo verlos, sino también admirarlos, saber un poco de la historia de sus diseños, observar los detalles, sus molduras. La verdad es que también me gustó cuando fui porque vía algunos coches que existían cuando yo era pequeño y que para mí ahora son algo ya superado. Pero es que para mí esos eran la neta, ya hora estaban en el museo para verlos de nueva cuenta con la gallardía que se merecen. Vayan los domingos. Hay vista guiada.

Mi wey es un loco de los autos. Se sabe su historia, los diseños, mecánica. Identifica en la calle a uno de otro por sus luces traceras, los años por sus rines. Le gusta el azul monterrey de los Jeep aunque a mi me parece cualquier azul entre marino y cielo. Lo único que no sabía de carros es que hay un museo dedicado a ellos en la Ciudad de México.
Quedó fascinado cuando fuimos. 120 modelos de autos de distintas épocas, modelos y marcas, sobre todo europeas y americanas. Me gustó que continuara explicándome la historia de los materiales, caballos de fuerza, torque, motor, y todas esas cosas de las que no sabía ni un carajo. Fue divertido y padre visitarlo.

Los autos: en nuestra ciudad son omnipresentes y en nuestra vida obtienen casi el estatus de «amigo» pero sólo cuando los detenemos a mirarlos en un museo somos capaces de entender su importancia.
Este museo abrió sus puertas en 1991 y cuando comenzó era un lugar mucho más deslucido de lo que es ahora. Hay dos experiencias distintas entre ir con la visita guiada y sólo recorrer y mirar los autos por tu cuenta. La primera es para ir con niños, creo, y la segunda es para aquél que tiene mucha imaginación y pueden devorar los detalles de cada auto, sonar con aquellos conductores que se subían a estos motores cuando andaban a vapor o a diesel.
Una de las joyas es el Packard Dietrich de 1936 y para los amantes de los autos como yo, uno de esos objetos que pueden hacerte babear. Es un modelo único en el mundo y está en excelentes condiciones.
Otro de mis favoritos fue el Ford Sky Liner de 1958 que fue el primer convertible de toldo duro eléctrico. Haber vivido en esos años y tener un coche así, que maravilla.

Es un espacio donde podemos observar la evolución que ha tenido nuestro amigo de cuatro ruedas. Con modelos desde 1904, el Museo del Automóvil hace que viajemos a través del tiempo para imaginar a esos caballos de acero circulando por las calles de nuestro país, de otro lugar de América o de Europa.
La colección consta de más de 3000 vehículos, aunque pueden observarse cerca de 100 en la exhibición, algunos en buen estado y otros bien conservados tomando en cuenta que tienen mucho tiempo desde que fueron fabricados.
El Museo aparenta ser una bodega-​garage, llena de automóviles y su respectiva información. Sólo los fines de semana pueden contar con el servicio de visita guiada que administra un experto del museo, con una vasta explicación de cada uno de los modelos que se encuentran en el lugar.
Les recomiendo ir con la pareja o sus hijos, es un buen escaparate para iniciar una afición por los automóviles y para pasar un día caminando entre verdaderas reliquias automotrices.