Pizza Peppino

Excelente lugar para una combinación perfecta entre sabor, música y amigos. Pizzas con cantidades soberbias de queso e ingredientes. Un ambiente único en nuestra ciudad y un espacio para deleitarse quitando el hambre en la emblemática colonia Roma.

Llegué a Peppino esperando probar una pizza más casera o artesanal, algo mejor que las que se ofrecen en otros lugares. Digamos que esperaba dar con mi pizzería local. Me gustó la carta, que consta casi exclusivamente de pizzas, con una variedad bastante interesante. Pedimos una jarra de cerveza oscura que sabía a agua, todo el sabor estaba en la espuma.
La pizza fue una decepción. La masa estaba aguada (hubo que comer la pizza concubiertos) y no se había terminado de cocinar, mientras que el pepperoni estaba casi quemado. Uno esperaría que un pizzero experto supiera ya los tiempos de cocción. Los sabores eran buenos, pero nada del otro mundo. Lo único verdaderamente bueno es la cantidad y calidad de queso que lleva la pizza. De no ser por eso, sería una pizza bastante mediocre.
Definitivamnte esperaba más de Peppino.

Esta es una pizzería hecha y derecha. La carta es concreta: Pizzas, vinos, cervezas, bebidas sin alcohol, algunos extras y punto. Pero créanme, no necesitan más.
Las pizzas son deliciosas. La salsa está genial y tienen una cantidad generosa de queso. Cualquier pizza que pidan tendrá la garantía de sabor y calidad de este lugar.
El lugar es muy agradable. La decoración es ciertamente típica, con manteles de cuadritos rojos y toda la cosa, marcos con imágenes de autos y de James Dean, pero está dividido en 3 mini-​secciones y las 3 valen la pena para pasar un buen rato con la compañía que sea.
El promedio por pizza grande es de $ 250 pesos y estarán bien gastados. Una excelente opción para comer pizza en la Roma y queda muy cerca de Av. Cuauhtémoc y de Álvaro Obregón.

Amo esta pizzería. Recomiendo muchísimo la pizza vegetariana, la de queso y la de cebolla. El servicio a domicilio termina hasta las 11 pm y, hay que decirlo, es rapidísimo. La visita también vale mucho la pena: el servicio es bueno, te sirven tu pizza en charolas redondas y el ambiente es muy familiar.

Esta es, simplemente, desde mi punto de vista, la major pizzería de la ciudad. El lugar tiene un aire combinado, pues mientras conserva el ambiente clásico de una pizzería (manteles a cuadros, paredes decaradas con cuadros y panfletos, y poca iluminación), es, a la vez, un lugar ideal para ver el box los sábados por la noche todo en un ambiente entre rockero y de cutura pop (de hecho, cuando no hay algún partido o alguna pelea, en la tele pasán continuamente los videos musicales de canales como VH1 o Telehit.
Pero más allá de eso, sus pizzas son, por dejarlo simple, exquisitas. La pasta es delgada, el queso muy bien derretido y los ingredientes muy bien repartidos. Para mí, le pizza pepino´s es la mejor, pero a veces me quedo con una combinación simple de aceitunas, champiñones, salami, etc.
Es un lugar que ya tiene su buena fama entre los vecinos (y no tan vecinos, como yo), por lo que es usual encontrar concurrencia y tengas que esperar, aunque si vas los sábados medio tarde, por ahí de las nueve y media, ya es problabe que entres rápido.

Otras pizzas en un ambiente retro en las orillas de la colonia Roma, pero un excelente lugar para tomarte una cerveza de bola y comerte una Buena pizza delgadita con salsa de jitomate que no sabe a catsup.
Les recomiendo pedir la Mexicana, es riquísima, y la clásica de pepperoni. La cerveza que venden es de barril, clara u oscura y la ofrecen en 3 tamaños diferentes, dependiendo de la sed.
Tienen carteles de coca con chicas en trajes de baño retro en las paredes y en general una decoración en tonos rojos que definitivamente te abre el apetito.
Es un buen lugar para ir en grupos grandes pues tienen un saloncito en la parte de atrás que te pueden reservar sin problemas y siempre están en la mejor disposición de acomodarte las mesas como mejor puedan.
Los viernes y sábados por la noche suele llenarse, así que lleguen temprano. También es un excelente lugar para una primera cita, un tanto íntimo con luces bajas y ruido moderado.

Pepino’s Pizza me hace recordar las pizzerías que visitaba cuando era niña: servidas en charolas redondas de metal, nada que ver con la venta de rebanadas triangulares o cuadradas que se pueden ver en la actualidad (¡Ay! Escribir este párrafo me envejeció de repente).
Aquí se puede pedir para comer en el negocio o para llevar, con un servicio bastante rápido para no ser una cadena. Hay de varios tamaños, desde la que se puede pedir para comer sola o las más grandes para un grupo como de cinco personas.
Mi favorita es la de jamón serrano, pero hasta ahora no he probado ninguna mala. Es más, si tienen espíritu aventurero y ánimo de altamar, les recomiendo que pidan la de mariscos, nada convencional pero deliciosa.

La primera vez que llegue a esta pizzería descubrí que hay lugares que tienen su encanto por si solo, no es que sea un lugar super nice, ni nada por el estilo, al contrario, tiene su encanto rockanrollero y con un ligero escenario cinematográfico.
Quizás fue porque ahí tuve mi primera cita, y entre el sabor de la Sangria preparada y la peculiar pizza hawaiana con pedazos de durazno, descubrí uno de mis lugares favoritos para ir cualquier día a cualquier hora.
No importa si vas con la familia, el novio, los amigos, siempre puedes hacer la combinación adecuada.
Las chelas y la especialidad pepinos, con trozoz de carne y aceitunas negras, con tus amigos.
La hawaiana con tú familia y la de jamón serrano con tu pareja.
Los precios valen la pena, en una zona centrica bastante accesible para salir de ahí e irte a tu casa en bici si es que las sangrías no te pegaron tanto.

En la esquina de la calle de la calle Morelia y Colima hay un restaurante con una ambientación totalmente retro. Ya sé que suena a cualquier otro lugar que puede estar de «moda» en esta época. Sin embargo, Pizza Pepinos tiene algo peculiar que, aunque no puedo explicar a la perfección, no es igual a algún otro lugar que quiera adoptar la moda hipster en la actualidad. Puede ser que Pepinos tenga eso que muchos de los otros lugares no: es auténtico.
Pero no todo es ambientación y ahí lo saben. Sus pizzas son deliciosas, el queso desborda como el buen queso debe desbordar y tiene el nivel perfecto de salado. Las pizzas, aunque no son lo que hoy en día muchos buscan, lo artesanal, tienen el toque perfecto de las pizzerías del país vecino del norte.
Hay dos secciones en el restaurante. Una que está compuesta de un salón regular, como el de cualquier otro lugar y otro, que es como un pequeño saloncito casi al estilo de un mezanine. Por fuera se puede ver que lo que hoy es un restaurante de pizzas, antes fue una casa y es por eso que el pequeño mezanine me gusta tanto, porque hay una chimenea y, como ambientación, tienen un tanque de gasolina antiguo.
No deben perderse la oportunidad de visitar Pizza Pepinos, sobre todo, cuando separen las rebanadas, el queso se estira y parte como las pizzas de las películas lo hace. Mi favorita: la de salami.