Yo soy un fanático del pulque y me encanta que esta bebida este recobrando un lugar que se ha ganado a pulso en la cultura popular mexicana, me gusta que los jóvenes prueben este néctar tan peculiar y tan delicioso, pero sobre todo me gusta que existan lugares como éste. Me refiero a que mantienen e espíritu de las viejas pulcatas del barrio, mantiene a sus viejos parroquianos yendo a consumir es fermento. Continúan ocupando esas mesas largas donde se convivía con los demás asistentes. El pulque que venden aquí es bueno, bastante rico desde el blanco o natural hasta los tradicionales curados. Creo que el más solicitado aquí es el de avena, en verdad lo hacen muy rico pero denle una oportunidad a otros sabores a mi me gusta mucho el de cacahuate. Espero que la tradición del pulque siga y se mantengan los lugares como la Paloma Azul.
Ana Paula E.
Rating des Ortes: 5 México, D.F., México
Una de las memorias más frescas que tengo de mis años universitarios es cuando probé el pulque. En ese entonces, yo era una niña necia que me rehusaba a probar este elixir por su método de preparación. Un día un amigo decidió cambiar mi opinión y me llevó a la pulquería de La Paloma Azul. Este pequeño local tiene puertas de cantina que atraviesas para entrar. Recuerdo el fuerte olor del pulque penetrando mi nariz por primera vez. La pared azul, acompañada por grandes mesas rectangulares con manteles de cuadritos, te hacen sentir dentro de un bar clandestino. Casi siempre puedes ver a una señora sentada en la esquina del fondo, con una canasta grande, que se dedica a vender patas de pollo para botanear. Puedes pedir pulque natural o aventurarte en los sabores de pulques curados. Para mí los más ricos son el de mamey y, mi favorito, que es de avena. Su textura aterciopelada se desliza por tu garganta y te hace entender porqué es que le llaman la bebida de los dioses. Un deleite que no te puedes perder.
Iván C.
Rating des Ortes: 3 Mexico City, México
Se trata de una emblemática pulquería, vulgarmente pulcata, a donde asisten borrachos y curiosos de diversas clases sociales y capacidades bebedoras: desde los muy leales e inamovibles que deben ingerir litro tras litro de pulque natural, pasando por supuesto por estudiantes ya sea en grupo o en parejas de enamorados, hasta el sector de la sociedad económicamente activo que por alguna razón está participando de lo que casi parece ser en la actualidad el boom del pulque. El local es tradicionalmente modesto, con el suelo típicamente cubierto de aserrín, el baño en condiciones de carestía(como debe ser) pero suficientemente funcional, el ambiente respetuoso; y ofrecen cada día diferentes pulques preparados con fruta mejor conocidos como curados. El pulque natural o blanco tiene buen sabor, y de entre los curados todos los he disfrutado, pero los mejores para mi gusto son los de avena, mamey, cacahuate, o piña. La zona es segura, es tranquila, y lo mejor: saliendo a dos pasos, literalmente, está el metro Eje Central.
María Laura G.
Rating des Ortes: 1 Mexico City, México
La Paloma Azul es el ejemplo de como la realidad muchas veces está alejada del mito, ya que en el vox populi se habla de que ahí hay muy buen pulque. De tal manera que hace tiempo fuí personalmente a corroborarlo, y lo que encontré fue una gran decepción, un pulque muy apestoso y bautizado, en realidad de muy mala calidad, además de un lugar la verdad poco higiénico –lo digo porque tengo la convicción y la experiencia de que una pulquería no debe ser sucia-, me pareció el símbolo y la imagen de la pulquería entendida como figón. Tal vez esa sea su peculiaridad, el ambiente popular que se vive ahí, un ambiente de antaño, de la antigua cultura popular del arrabal, del albur, es decir, del tipo de convivencia tan peculiar y particular que se da en una pulquería, en donde no hay mesas individuales sino grandes mesones y baños sin puerta, en lo personal creo que eso es lo rescatable del lugar, como dije, el pulque no es bueno.
Argel L.
Rating des Ortes: 5 Mexico City, México
En el pulque es un mito eso de la muñequita. Muñequita sería básicamente una bolsa de caca con la que harían fermentar al pulque. Patrañas. Es una bebida tan delicada y sutil que cualquier alteración en la conservación y procesamiento cortaría el líquido convirtiéndolo en una especie de moco zombie de mal sabor y cero consistencia. Una vez recolectado el aguamiel hay poco por hacer más que cuidar el proceso natural de fermentación. cualquier cosa que implique una intervención tan drástica como el que sugiere el mito de la muñeca arruina el producto final. No sabía que las cerveceras habían pactado con el gobierno para eliminar paulatinamente la bebida nacional hasta reducirla a espacios cada vez más pequeños. Lo mismo que pasó con la marihuana en Estados Unidos, por ejemplo. En otro momento hablaré de las bondades del cáñamo. Sólo les digo que los cuadros de Rembrandt y Da Vinci estaban hechos de marihuana. Como sea, eliminar una bebida tan llena de bondades; arraigada en el imaginario y tradiciones nacionales iba a ser imposible. Funcionó por un momento. Ahora el pulque está y estará en auge. No sólo es una bebida embriagante sino nutritiva y llena de sabor. Es mi bebida favorita por sobre cualquier cosa. Poco a poco, consistentemente, gana terreno en espacios y lugares de toda la ciudad. Ante el auge de la oferta y el oportunismo de la moda es difícil saber dónde encontrar un buen pulque. Este es el lugar. Nada más rico que un buen curado de piñón de la Paloma. El ambiente al interior es interesante pero popular. Prefiero pedirlo para llevar y consumirlo en casa o con amigos. Recomiendo llevar una garrafa propia, bote o jarra para transportarlo aunque si llega a faltar, siempre cuentan con botellas recicladas en donde echarlo. Dudo de la procedencia de esas botellas pero no importa. Todo con tal de saborear un trago de ese néctar mágico que mana de la tierra.