Enclavado en un edificio art déco de la emblemática esquina de Michoacán y Tamaulipas, el Sep’s es una colección de cosas que en 1940 debieron ser elegantísimas: ventanales a la calle, acabados de madera oscura, sillas de terciopelo verde, un pianista… La comida(bien ejecutada en general) está en la misma tónica. Para empezar sirven un espectacular cubierto de pan(algo viejo, por desgracia) con mantequilla real y un paté magnífico, además de crudités de pepino y zanahoria. El menú es amplio y suntuoso; destacan varios clásicos alsacianos(de una región limítrofe entre Alemania y Francia) como la sopa de cebolla, las carnes frías, los chamorros, las salchichas y la «carne cruda a la tártara». Hay también una recomendable sección de cortes a la parrilla, algunas pastas competentes y hasta codornices. Y todo se acompaña con bellos y enormes tarros de cerveza de barril. El Sep’s ha resistido admirablemente los embates de muchas modernidades. Rodeado de pizzerías mediocres, franquicias asépticas y cafés ruidosos, encierra una idea muy específica de lo que por mucho tiempo se consideró el «buen gusto» en la ciudad de México. Vale la pena ir(y pagar lo que cobran, que no es poco) solo por tener esa experiencia.
Patricia Y.
Rating des Ortes: 4 Brea, CA
Service and food were great. My husband and I shared the prime Rib, our son had the smoked Pork chops. A very extensive wine list, we chose a Kendall Jackson 1993 cab which we found delightful. All that plus two desserts, a Coffe and an espresso for $ 100. The only flaw we found was that the tablecloth was stained, and that’s being nit picky. Great little restaurant just off Reforma
Carlos U.
Rating des Ortes: 2 Los Ángeles, Estados Unidos
No me gusto. Esperaba más. Creo que necesitan renovar el menú. Las verduras no recocerlas tanto y no servir tan basto. En mi opinión sacrifican mucho el sabor por la cantidad. Buen servicio del mesero.
Ale H.
Rating des Ortes: 4 México, D.F., México
De pequeña ya me traían a este lugar y ya se veía antiguo! Parece que su época de oro fue a principios de los 80tas, pero eso no significa que haya dejado de ser bueno, quizás sea mejor ahora. No te dejes intimidar por lo decadente del lugar, entra y deja de lado tus miedos y sólo disfruta, comienza por un pedazo de pan con mantequilla y pâté. Mis favoritos: El chamorro de ternera y la carne tártara, los semifinalistas: el pecho de ternera y las codornices a la mostaza. Lo bueno: El tequila doble parece triple!, la cerveza de barril es un «must» en este lugar. Lo malo: La decoración. Evitando tumultos: Aquí esporádicamente se llena al 100%.
Iván M.
Rating des Ortes: 5 México, D.F., México
Mi padre siempre taro de llevarme a comer a muchos restaurantes de pequeño en un afán de, como él me decía, aprender a comer de todo. Sin lugar a dudas lo logro y este restaurante lo recuerdo con nostalgia. Recuerdo que nos sentábamos en una de las mesas pegadas a la ventana, mi padre pedía Clericot y yo me daba unos atracones con un pan rustico que te ofrecen desde que te sientas. Los llenaba de mantequilla y por uno que yo preparaba así el me preparaba uno con paté. Me daba traguitos de clericot mientras el disfrutaba de un corte de carne(pecho de ternera) con una papota al horno. Yo siempre pedía carne tártara, en este lugar la probé por primera vez y a la fecha soy fan, tanto que la preparo en casa muy seguido. El lugar tiene una ambientación totalmente europea de finales de los 20´s, no es un restaurante que encontraras lleno, pues su clientela es muy selecta. Un lugar donde, ahora de adulto, reconozco como tranquilo, fino y para disfrutar en compañía de un amigo o amiga entrañable en donde podrás platicar súper a gusto y comenzar a filosofar.
Iván C.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
¡Este lugar me encanta! En una esquina de la Condesa a este lugar sólo le hace falta el pianista y la cantante para darle un toque de suave elegancia a la cena: tiene un estilo como de lujo de los años treinta, alfombrado y con refinados candelabros; es un lugar acogedor en su interior, y la cocina está bien nutrida. Tiene mesas exteriores sobre la banqueta, y de las cosas que más he disfrutado en este sitio ha sido disfrutar en compañía de maestros y amigos una tabla de pan rústico y una orden de carnes frías, acompañados de una exquisita cerveza servida en unos tarros enormes y pesados: un detalle de estilo alemán o alsaciano, me parece. Definitivamente yo disfruto este lugar después del atardecer: sería capaz de llegar al atardecer y retirarme a la medianoche.