El farolito tiene un sistema que me parece muy eficiente. Al llegar te dan un menú de papel sobre el cual vas apuntando tu orden que pasa directamente a la cocina. En segundo lugar, tienen lista la comida rapidísimas, junto con el agua de horchata que, claramente, no puede faltar. De los tacos, ni hablar. El lugar es bastante amplio y cómodo, con el único inconveniente(para algunos) de que para ir a los baños uno tiene que subir escaleras. Con todo y todo que hay un par de teles, que por lo general no me gusta es sorprendentemente poco ruidoso en comparación a otras taquerías. Finalmente los meseros son muy amables y atentos. Con todo esto se convierte en una buena opción cuando tienes un poco de prisa, estás buscando algún lugar relajado donde platicar, o quieres ver un juego con tus amigos. Hoy en día hay varias taquerías que le hacen competencia al farolito, pero después de tantos años hay ciertas cosas, como las faroladas, los huraches e inclusive la misma salsa roja especial, que no podrán superar.