La Parrilla Suiza es otro de esos clásicos negocios de colonia. Un lugar que tiene tantos años de antigüedad como de tradición, y que los colonos han ido por lo menos una vez en sus vidas. La primera vez que estuve ahí tenía al rededor de 8 años, fui a cenar con mis papás y mis hermanos, no recuerdo que ordenaron pero sí recuerdo que pedí un sope sencillo de salsa verde, y mientras lo comía me enchilé de la peor manera posible, nunca he comido algo tan picante. Este lugar tiene un muy buen servicio, una comida muy rica y los precios son moderados. Honestamente soy fiel y leal al queso fundido con tortillas de harina, no puede fallar nunca.