Torre del Caballito

Antes de hablar del Caballito, diré que el taller de Sebastián, su creador está a dos calles de mi casa y de vez en cuando se puede ver cómo van transportando sus obras.
A mucha gente no les gusta el Caballito y sus razones tienen pero a mi me gusta porque me recuerda al origami.
Debo confesar que es la única obra que me gusta Sebastián ya que ha regado varias por muchos lugares de México. Creo que ves una y ya has visto todas.

Me sorprendió lo rápido del servicio y el buen trato. Realice un trámite no teniendo cita y una vez a dentro me atendieron en menos de 30 minutos.

Este caballito tan polémico porque lo pusieron en lugar de otra escultura que era de Bronce y que se hizo en honor del Rey Carlos IV, mismo que a todo esto sufrió daños irreversibles por una mala aplicación de químicos por parte del gobierno… Pero bueno, el punto es que desde 1992 lo sustituyó esta figura de 28 metros de altura, hecho de acero recuebierto de esmalte acrílico, del escultor Enrique Carbajal.
Recuerdo perfecto que todo mundo se quejaba de este monumento, argumentando que era horrible, que lo quitaran, que qué falta de respeto etc, etc., el punto es que ya tiene más de 20 años ahí y no me explico ese cruce de Reforma sin el famoso caballito amarillo, al cual, al final de cuentas todo mundo terminó por acostumbrarse y es más, creo que a nadie le disgusta.

En este complicado cruce de la avenida Reforma se encuentra este emblemático caballo amarillo. Pocas veces he encontrado a gente que le vea forma de caballo cuando yo desde pequeña lo veo con todos los elementos de un equino, amarillo, pero real.
Este monumento da nombre al edificio de cristal de atrás (o viceversa) que es la Torre del Caballito que alberga las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT para los cuates) que corresponden a la región centro.
Te recomiendo recurrir a este sitio si tienes que hacer algún trámite relacionado porque atienden rápido (en lógica burocrática) si vas con cita, sino pues habrá que esperar a que te atiendan.
Se dice que este caballito amarillo sustituyó al Caballito que ahora se encuentra en la Plaza Tolsá.
También frente a ellos se encuentra la fuente Bicentenario, un monumento más del bello Paseo de la Reforma que en otro siglo se le conoció como Paseo del Emperador.

Hablando de la escultura, originalmente y a manera de glorieta, ahí se encontraba la del también Caballito de Manuel Tolsá, la estatua ecuestre de Carlos IV que daba inicio al Paseo de Bucareli, pues en ese entonces no existía el Paseo de la Reforma.
Fue con la prolongación de Reforma y el proyecto de Guerrero y Bucareli para convertirlos en eje vial como finalmente se removió de ahí al Caballito original en 1979, por lo que luego de un tiempo se pidió al escultor Sebastián una que lo sustituyera.
Enrique Carbajal, mejor conocido como Sebastián, bautizó su escultura como Cabeza de Caballo en honor a la estatua de Tolsá. De ahí el nombre, aunque no necesariamente el mismo objetivo.
Inaugurada en 1992 con 28 metros de altura, la escultura de Sebastián ahora se localiza en la esquina y no como glorieta. Una de las razones es que funciona como respiradero del drenaje profundo. No en vano El Caballito tuvo que ser restaurado en 2008 debido a que los gases estaban corroyendo las placas de acero, pues sólo había recibido mantenimiento hasta 2001.
Hay quienes ven la estatua con desdén y cierta melancolía luego de tener ahí la elegancia de Carlos IV subido en un pedestal, sin embargo podemos decir que la modernidad que implica tener la Cabeza de Caballo en esa esquina, además de ser un imperdible punto de referencia gracias a su tamaño y color, al menos también es funcional para la zona.

Esta Torre es fácil de ubicar por la escultura amarilla plantada enfrente. Sinceramente, yo no le encontraba forma hasta que me enteré que se trataba de un caballo, ahora tampoco es que comprenda la existencia de un caballito amarillo, pero que más da, es solo una escultura, y esa es una razón para ya no pensarlo tan descabellado.
Si vas pasando por Avenida Paseo de Reforma, la verdad es que es imposible no verlo, su color resalta de entre todo su entorno, es un amarillo muy brilloso sobre todo cuando arde el sol sobre la ciudad; atrás está la Torre poblada de 34 pisos llenos de oficinas. Si buscas las del SAT, ahí las vas a encontrar.

El edificio emblemático de unas oficinas importantes, cuyo nombre no queremos recordar, y menos ahora cuya entrada en vigor de la reforma hacendaria nos obliga a tener más obligaciones fiscales.
Hablamos en específico del monumento emblemático de color amarillo puesto en sustitución por la estatua del caballito que fue removida a Plaza Tolsá. Igualmente este potro tiene una forma más cuadrada, diseñada por Enrique Carbajal y dado la explosión inmobiliaria de la época, suponemos que le quisieron dar un aspecto más corporativo y distintivo de una zona financiera.
Hoy en día es un referente vial y una bonita parada cada domingo durante el ciclotón, pues en ambas esquinas del recorrido hay concursos, performances de zumba o un mini taller improvisado por si se te poncha una llanta. Siempre es buen momento de apreciar una vialidad tan importante como Reforma sobre dos ruedas, a una velocidad lenta y menos monótona.

Este rascacielos de 135 m de altura y 34 pisos, ubicado sobre avenida de la Reforma, es uno de los rascacielos más emblemáticos de la ciudad de México. Dentro de él, podrás encontrar las oficinas del SAT.
Es en este lugar, donde se concentran todos los impuestos del país.
Un dato interesante de este rascacielos, es que es un edificio inteligente: esto quiere decir que es controlado por una computadora central que regula los elevadores y siempre se encuentran donde hay más afluencia de gente y si sucede un sismo o un incendio, deja los pasajeros en el piso más cercano.
Afuera de este rascacielos, se encuentra una escultura hecha por Enrique Carvajal.
No conozco persona alguna en México, que quiera asistir a la Torre del caballito, en especial alzad, ya que es aquí donde se hacen las declaraciones de impuestos. Pero si tienes que ir, hazlo, no lo dejes pasar.

Pues éste no es un sitio que pueda recomendar para ir a comer, a beber, a escuchar música o ver obras de teatro, es simplemente un lugar emblemático más en la Ciudad de México que debes visitar, es una excelente vía turística.
La Torre del Caballito está situada en una de las avenidas más importantes del distrito federal, más importante y más complicada a la vez por eso de las manifestaciones, se encuentra a las afueras de las oficinas del SAT. Pues sí, la Torre del Caballito puede ser un sitio que puedes visitar con frecuencia o por lo menos si trabajas por esa zona, eso era lo que yo hacía, pues además de admirar la Torre del Caballito, en la parte de abajo hay unas bancas que pueden ser el lugar perfecto para contemplarla por un buen largo rato en compañía de algún amigo, un familiar o quien sea.