Este Jardín de Niños se ha acoplado muy bien a la zona y ha sido de los pocos que se mantienen fuera del escándalo pues, como en muchas colonias, cuando la proliferación de escuelas patito llegó, todos eran muy felices, inscribían a los niños y todo muy bien hasta que empezaron a haber accidentes, violaciones, papeles apócrifos de los directivos escolares, e incluso decesos de los pobres bebés. En el rumbo estos casos empezaron hacer mucho eco y hubo un momento en el que los niños eran instruidos en casa o a veces ni eso; como nadie se hacía responsable de los accidentes, para tales efectos la SEP decidió dar el visto bueno a las escuelas que en verdad cumplían con los requisitos y así regreso el auge de los jardines de niños a la colonia. Gracias a aquella iniciativa, el Makarenko goza de buena reputación entre los padres de Aragón, y es una de las dos que logra lleno total en las épocas de inscripciones.