El Salón de la Fama

En si yo no eh visto a el chato, tal vez por mi edad, pero en lo que si estoy deacuerdo es que te atienden de maravilla, siempre están al pendiente de lo que quieres, tienen una papas riquisiisisisismas! Y el gran anuar esta siempre a lo que necesites, me encantó!

Todo un clásico de Oaxaca. Este lugar es la prueba de que un buen servicio puede hacer que un lugar tenga historia o que pase a ser parte del pasado, y el servicio de este lugar o mejor dicho de «El Chato» ha hecho que esta cantina permanezca a pesar de los años, de verdad que el trato que te da es como si fueras de sus amigos.
Es una mezcla de cantina tradicional y una onda más moderna pero no pierde ese servicio, así que si buscas pasar un buen rato con unos buenos drinks pues este es el lugar indicado

Por mucho tiempo ésta fue una de las cantinas más gustadas por muchos oaxaqueños, sobre todo por aquellos que prefieren los lugares acogedores, con atención personalizada y llenos de historia y tradición.
Era atendido por un amable señor apodado «El chato», cuyos sueros y botanas pasaron a la historia de Oaxaca. Hoy en día este señor está retirado y la cantina pasó a manos de su nieto, me parece.
Éste cambió todo (para mal). Antes Salón de la fama cerraba a las seis de la tarde, ahora está abierto hasta altas horas de la noche. Le cambiaron los colores, le metieron luces… en fin, transformaron una bonita cantina suspendida en el tiempo en un bar como cualquier otro.
Si tuviste oportunidad de conocer el Salón de la Fama en sus buenos tiempos eres afortunado. Si no, ya no te pierdes de nada que puedas encontrar en cualquier otro bar.

Tenía grandes expectativas de conocer al famoso «Chato», desgraciadamente no estaba o hubiéramos sigo compas, ya que me gusta mucho ir a este tipo de cantina, ya con unos mezcales canto mariachi, banda, nostálgicas, etc. Me atrajo la idea de unas empanadas y chelas por 60 pesos. Cuando llege solo había una mesa ocupada y quiero pensar el ambiente es mejor durante otros días ya que hay dos cuartos con mesas y sillas. La barra a pesar de ser de cantina tenía hasta Grey Goose! La música debo decir era muy pop para un lugar asi, pero las empanadas estaban deliciosas y honestamente me llene con el complemento de la cerveza. La decoración son fotos del cine de oro mexicano, obvio mi favorita es la de «La Doña» Maria Felix.

Me atrevo a decir que El Salón de la Fama es una de las cantinas mas antiguas y admiradas. La clientela que lo frecuenta normalmente son personas que han ido a lo largo de los años, cuando solía atender «El Chato», lo que hizo que muchas personas lo ubicaran mas por este nombre que por el del lugar.
Su atención es lo bastante personalizada para llevar tantos años, sabes que puedes llegar, te saludan y rápidamente te preguntan que tomarás mientras se hace la conversación. Todos los tragos, sean cervezas o tragos fuertes, vienen acompañados de una botana que aunque no te llenará seguro te encantará.
Su ubicación es muy buena y por lo que se siempre ha estado ahí desde que empezó, por lo que no hay pierde para llegar.
A mi me toco pocas veces ser atendido por «El Chato» pues ya esta retirado, pero no te preocupes el lugar se quedo en familia y ahora lo atiende su nieto que tampoco dejara que te vayas con una mala experiencia.

Comúnmente cuando salgo con los viejos amigos y pasamos un rato en el centro de paseo, terminamos viniendo a el salón de la fama el cual esta muy cerca del zócalo y es un buen lugar para pasar el rato con los cuates y descansar un rato.
El menyule es un buen trago para relajarte y aflojar todo ese estrés acumulado de la semana.
En el centro puedes encontrar muchos bares o cantinas pero a mi parecer esta es única ya que Don Chato desde que abrió esta cantina decía que la especialidad de la casa es su amistad por lo que te hace sentir en casa y en un buen ambiente.
Se llama el salón de la fama porque en las paredes hay fotos enmarcadas de personajes del cine mexicano como Pedro Infante, Tintan, Pedro Armendáriz y pues te lleva a la época del cine de oro por lo cual todo el lugar luce de la época con una barra de madera.
Es un lugar que recomiendo para todos pero en especial para los mas grandes ya que no los de 18 no entenderían mucho de la historia.

Una clásica cantina mexicana, como la que hemos visto en películas, en Oaxaca, en pleno año 2015. Es una maravilla.
Seamos sinceros, ¿quién no ha ido al Salón de la Fama? Es como en salón de la fama de nuestras decepciones, de festejos, de primeros amores, de reencuentros.
El salón de la fama de recuerdos que nos acompañaron en este lugar.
La sensación de llegar y abrir las puertas, como empujándolas (tantito, no vaya a ser que alguien esté atrás) nos hace sentir en el viejo oeste, en las cantinas de a deveras.
Y como una verdadera cantina tiene botanas para acompañar, y unas más y otras menos (dependiendo del día y de los gustos personales) la mayoría de muy buen sabor.
No suelo probar muchas bebidas, pero si tú sí la carta es un tanto amplia, aunque se trate de una cantina.
Te vas a transportar al pasado, a un paso interesante. Da gusto que El Salón de la Fama haya resistido tantos años y a tantas cosas, ojalá siempre sea parte de la ciudad.
¡Larga vida al Chato!

Muchos años de experiencia respalda este acogedor establecimiento ubicado en las calles céntricas de la ciudad. El lugar luce completamente ambientado a como debieron ser los bares hace muchos años, por lo tanto; te transporta a un lugar mágico. Sus bebidas son muy variadas y sobre todo muy ricas acompañados de botanas para acompañar el trago. También puedes encontrar variedad de platillos para todos los gustos.
Unos de los puntos más importantes de este lugar son principalmente su atención al cliente la cual es personalizada y de lo mejor. Segundo, sus precios son realmente bajos para su ubicación, productos y servicios. Tercero, la música es muy tranquila ideal para un buen rato de relajación o una plática con los acompañantes.
En conclusión, un excelente lugar para visitar y disfrutar deliciosas bebidas, botanas y alimento sobre todo sin pagar mucho. El que entra una vez regresa y se vuelve cliente de tan famoso lugar que a base de mucho trabajo ha perdurado con tanta calidad al paso de los años.

A la cantina «El Salón de La Fama» se le considera como la primera cantina que existió en Oaxaca y es atendida por Don Humberto Hernández Martínez, el Chato; considerado como decano de todos los bármanes de Oaxaca y donde su lema plasmado en el lugar es «La amistad es cortesía del Salón de la fama».
Actualmente la cantina ha perdurado y se ha posicionado como uno de los mejores lugares para pasar un rato agradable y tranquilo, por el ambiente en el que está decorado así como de la variedad de bebidas, platillos típicos y botanas que ofrecen a los clientes mexicanos y también extranjeros. Pero sobre todo por la convivencia y atención de primer nivel de Don Chato.

«El Chato» es todo un clásico. El Salón de la Fama es probablemente la cantina clásica más famosa de Oaxaca, aunque todos la identifican por el nombre de su dueño y cantinero. La especialidad es todo aquello que pides en una cantina «de las de antes», y te preparan lo que quieras de tomar, para echarse unas frías con los cuates nunca falla.
Las botanas están muy buenas, y vienen incluidas con los tragos, sobretodo las papas y, la última vez que fui nos dieron un pepino con cacahuates que estaban de lujo. Muy recomendables las empanadas de cazón, con la salsa de la casa están buenísimas. El ceviche también esta rico si traes un poco de más hambre. Últimamente le dieron una remodelada y le quedo bastante bien. Un lugar lleno de historia y anécdotas que no encuentras en ninguna otra parte.

Este lugar se llama el Salón de la Fama pero todo mundo lo conoce como El Chato, su cantinero y propietario. Sin duda esta cantina es una joya de la ciudad, Don Humberto (El Chato) lleva más de 60 años dedicado al trabajo de cantinero, pero en el Salón de la Fama lleva casi 55 años. La especialidad de la casa son los tragos clásicos de cantina. Mi recomendación sería pedir una pantera, un bull o una michelada.
Todas la bebidas vienen acompañadas de una botanita para compartir, lo clásico son unas papitas cambray guisadas con ajo, cacahuates fritos, queso o lo que vaya saliendo. Puedes pedir algunas cosas de su menú de comida, que es limitado en oferta pero está delicioso. No dejes de pedir las empanadas de cazón o el cebiche, están muy buenos.
Recientemente El Chato se jubiló pero el lugar sigue abierto, y no es raro todavía verlo por ahí supervisando el lugar y añorando los buenos tiempos.

Localizado en el cruce de Porfirio Díaz y M. Bravo, localizado en una de esas casas antiguas que aún lucen por sus tejas hay una cantina con sus puertas abatibles, sobre el marco se lee «Atendido por su amigo el Chato», característica que lo hace único pues podrán existir muchas cantinas pero ninguna muestra o exhibe su amistad como la especialidad.
El decorado del lugar es tan obvio que no podría ser de otra manera, llama la atención los letreros de plástico con instrucciones de uso como: «Sólo se fía a mayores de noventa años acompañados de su abuelito» en fin se genera una atmosfera propicia de una cantina.
En alguna ocasión pedí piñas coladas que por cierto muy características y sin duda alguna llevan el toque de la especialidad «el Chato» que no en vano se ha ganado la popularidad y preferencia de todos los niveles, pues por dicha cantina han desfilado un sin fin de «personalidades» que acuden a pasar un momento agradable.
Sin suda alguna, la especialidad de la casa no es el decorado, sino el cantinero que sabrá cómo hacer que sus clientes queden satisfechos y vuelvan pronto.
Te invito a conocer esta característica cantina y sé parte del salón de la fama!!!

El día que entre al salón de la fama, me dio esa sensación de entrar a una película de la época de oro del cine mexicano. Es uno de esos bares viejos que aun hoy sobreviven y que invariablemente tuvo que actualizarse sin dejar su antiguo aspecto. Sin embargo independientemente de su estética el salón de la fama no ofrece nada que no hayamos visto ya, lo cual no significa que sea malo, sino en el entendido que es un espacio donde no hay necesidad de esperar algo sino solo de relajarnos.
Sus precios son relativamente bajos, y hay rica botana para acompañar que preparan ahí mismo, las micheladas cabe decir son buenas. La música no molesta a nadie lo cual lo hace un lugar idóneo si quieres ir a charlar y tomar una chela tranquilamente, mientras piensas, que en cualquier momento podría aparecer Chalino Sanchez a tomar junto a ti. Un lugar que todo oaxaqueño está obligado a visitar y recordar.

Al salón de la fama llegué con un grupo de amigos, periodistas todos y me llamó mucho la atención del propietario «El Chato», como una caja de historias nos platicó como Gobernadores, diputados locales y presidentes municipales han llegado a ese lugar. Además cuenta con un espacio privado para quienes no les gusta exhibirse al consumir bebidas alcohólicas.
Es un espacio que me agrada porque está lejos de las cantinas comunes y ruidosas, «por lo regular quienes llegan al Salón de la Fama se convierten en clientes», recuerdo esas palabras de «El Chato»