Esta pequeña taquería ubicada en la cochera de una casa desde hace años y años es de las mejores opciones para una cena verdaderamente deliciosa. Ofrecen tacos al estilo de tacos Sierra(creo que en algún momento tuvieron algún tipo de vínculo familiar, o algo así), además de unas tostadas de salchicha oaxaqueña que son una verdadera delicia: tostadas crujientes con frijoles, rebanadas de este embutido típico que es una especie de chorizo menos condimentado y más seco, y complementada con rebanadas de aguacate, tan simple como eso e indescriptiblemente rico. El lugar es de lo más sencillo, mesas de madera y una barra donde gira en el trompo la jugosa carne, lista para servir estos taquitos pequeños. La salsa es siempre la misma, verde, rica y picosa, imperdible con la debida cautela. Su carácter de merendero familiar a la antigua da pertinencia a su oferta de vasos de leche caliente o Nescafé, para acompañar tus tacos. También ofrece las ya míticas Chaparritas, estos dulzones refrescos chiquitos que yo no sé de dónde sacan este tipo de negocios. Las señoras que atienden de toda la vida son en extremo amables, así que la experiencia te dejará satisfecho en todos los aspectos.