Amaité

Uno de los mejores lugares para disfrutar un rico café tranquilamente, tienen gran variedad y saben muy ricos, se los recomiendo ampliamente. Un bien lugar para visitar en compañía con los amigos después de estar un rato en el zócalo.

Cuando pienso en un sitio para llevar a una chica que me interesa dos dos el Amaité es el lugar, porque seguramente ya lo conoce, pero nunca he tenido un solo momento incómodo, porque si la plática no está siendo demasiado amena, basta darle un trago a tu té frío (que hay una buen varieda de sabores) y seguir escuchando hasta encontrar algún punto para intervenir o, ya de plano, huir.
El otro día fui con una chica que conocí en una fiesta de la Ibero, ella me dijo que le encantaba el té helado de sabores y yo inmediatamente pensé en traerla aquí. Pidió uno de menta, súper confundida de ver tantos sabores. Al principio yo créi que era porque no encontraba el que le gustaba, pero ya en la charla me confesó que ella lo que quería un Nestea o un Arizona, pero que tampoco le molestaba su té de menta inglesa.
Como pude, tomé mi té, salí a hacer «una llamada» y logré apresurar todo para poder salir despavorido cuanto antes. Pero a la mera hora me cayó también que terminé invitándole un Nestea de camino a su casa.

La cafetería en las inmediaciones del zócalo que en cuanto a «lugar» me gusta más. Es en realidad muy pequeña pero tiene algo que me gusta, quizá es solamente los colores que manejan en su ambientación o que desde la mesa de la esquina puedes apreciar la catedral de la ciudad en toda su majestuosidad, pero es uno de esos lugares donde no me incomoda el pedir solo un café y leer un libro mientras espero a alguna de mis tantas amistades impuntuales.
El café cumple y lo hace bien o si vas con una actitud no tan sana pero tampoco tan alcohólica un sambuca nero con un par de moscas me han aligerado la espera un un poquito el calor. El servicio es bueno aunque por momentos se ve un poco saturado si llegan un par de mesas juntas, de ahí en fuera todos bien.

Un lindo y cómodo lugar de paso para ingerir una bebida ya sea fría o caliente según sea tu gusto y el clima.
Ya que esta tan céntrica me compré un té bastante rico, mientras me atendían me detuve a mirar un poco el lugar, me pareció agradable, los comensales parecían satisfechos, debo confesar que me tardaron un poco en atender pero no lo suficiente como para desacreditar el lugar, además quiénes atendían fueron bastante amables.
La decoración esta muy linda, todo el entorno es muy limpio y parece bastante cómodo y eso si aunque pedí únicamente un té me fije en la carta y me pude dar cuenta de que los precios que manejan en general son muy muy atractivos, tanto en bebidas como en comidas.

El fin de semana pasado unos amigos y yo estábamos en busca de un café para poder estar un buen rato y platicar largo y tendido, buscábamos algo céntrico y sí, fue en un lugar extremadamente céntrico. El café Amaité está sobre avenida 16 de septiembre y 5 poniente. El pequeño café cuenta con un par de mesitas y sillas, la decoración es muy sencilla pero bonito vaya, el lugar muy acogedor y creo que me la hubiera pasado horas y horas ahí pues de verdad que está de lujo.
Amaité ofrece una gran variedad de postre, cafés o tés. Una de las cosas que más me gustó del lugar fue el servicio, no en cualquier café se para un mesero para decirte si se te ofrece algo más, quizá estoy acostumbrado a otros sitios. El costo aproximado por persona es de $ 80, $ 100 pesos, según el tiempo que te la pases ahí.

Otra cafetería céntrica y recomendable. Su ubicación es ventajosa: en el mero mero centro, con vista hacia la catedral, en una esquina donde confluyen los peatones que van hacia el zócalo y los que ya vienen de regreso. Es una cafetería simpática sin muchos adornos ni atavíos. Yo sólo he probado el café una vez y pasó la prueba, no estaba nada mal, sin distinguirse del resto de cafeterías del centro. Además de café, en Amaité puedes encontrar bagels y paninos a muy buen precio. Lo que yo recuerdo con alegría es el pay de maracuyá. Para los que quieran ponerle piquete a su café, también hay algunos licores. Ya con algunos tragos encima, puedes pedir algún juego de mesa para pasar ahí toda la tarde y aprovechar las múltiples promociones que ofrecen.

Lo que más me gustó de este lugar fue la ubicación y la mesita que tienen sobre la 16 de septiembre, como en balconcito (aunque está a raz de piso), pues pasártela tomando un café solo o con amigos y también ver a la gente pasar.
Ahora, pasemos a lo importante, los productos y servicios… el café está muy bueno, no está aguado como en otros restaurantes o cafeterías, creo es un café de buena calidad aunque sinceramente he probado mejores; el choco-​flan está buenísimo.
Su servicio es con mucha amabilidad y cortesía, te hacen sentir a gusto; no te están presionando cada 5 minutos a ver que quieres… tienen buenos tiempos para esto.

Tras dar una larga caminata con un par de amigos caímos en esta cafetería. La verdad es que es un lugar cómodo, sin pretenciones, y lo que aquí puedas probar es bueno.
Lo que me gustó fue el detalle de tener muy bien adecuado el lugar. Creo que eso le da buena vibra a este establecimiento que de entrada te atrapa. Aquí puedes tomar café, evidentemente, pero también comer algo si tienes hambre; quizá un sandwich o un panino.
Te recomiendo venir a esta cafetería en la que podrás hacer una escala si andas de visita por la ciudad. Además de todo la atención es buena, los empleados están atentos a lo que se te ofrezca, y eso le da un aire cálido a esta cefetería.
Si quieres más, podré decirte que se encuentra a contra esquina de la Catedral de Puebla, así es que si necesitas unos minutos de inspiración o una charla tranquila con alguan persona, no dejes de venir aquí.

Es una cafetería muy agradable, de entrada puedo decirles que está muy limpia, he visto que como dos o tres veces al día están limpiando el lugar y eso se agradece. Por otra parte los empleados son muy atentos a la hora de hacer tu pedido, ya sea para llevar o para que disfrutes de tu bebida en sus instalaciones.
Un plus que tiene es que se encuentra a contra esquina de la catedral, lo que obviamente provoca que tengas una vista espectacular y limpia porque no hay árboles de ese lado, muy buena panorámica.
El menú es muy variado así que no tendrás de qué quejarte porque vas a encontrar de todo, o casi de todo. No es el más barato del lugar pero tampoco es caro, incluso tienen promociones que debes aprovechar, pregunta si tienen alguna vigente.

Conozco muchos cafés en Puebla, tengo mis favoritos y a los cuales no regresaría jamás, Amaité es uno de los chidos. Amaité tiene algo especial para mi que lo utilizo solo cuando quiero escribir. Y es que es un café muy tranquilo, tiene algo que me llama la atención, los chai son muy buenos y los pays de zarzamora con queso mis favoritos, luego del pay de maracuya.
Quien atiende es personal muy amable (al menos siempre me ha tocado) y te hacen sentir muy cálido. Algo que no me gusta es que aún no aceptan tarjetas de crédito o débito y aunque los precios son muy buenos, a veces se me olvida cargar con lo suficiente para pasar una tarde agradable. :D
PD: Mis lugares para tomar un café favoritos (dentro de Amaité) son: en la entrada a la izquierda o al fondo a la derecha (no, no es el baño)