Mi mamá y yo somos personas que creemos que compartir un café hace que en automático sientas un momento de confort, por eso hoy la invité a tomar uno, sin pretexto solo por el simple hecho de tenerla en mi vida y porque apenas hace una semana que regresé a vivir a mi casa. Temas hay muchos y momentos pocos, así que aproveche que fui por ella a su trabajo para invitarle un café y el lugar que escogimos fue esta nueva cafetería que es muy acogedora y se siente muy poblana como su nombre lo dice. Mi mamá decidió el lugar, porque ya es cliente frecuente, debido a que se ha vuelto adicta a los helados que venden y es que los sabores son muy originales y únicos, como el de arroz con leche, camote o mazapán. Y bueno además de vender helados y paletas ofrecen: café(caliente y frío), infusiones, sidra(traída desde Zacatlán) y bocadillos salados. Y para mi placer ofrecen café lechero, así que esa fue la opción para la noche, el cual acompañamos con uno de los dulces poblanos que más me gustan«las Tortitas de Santa Clara» una galleta rellena de dulce de pepita de calabaza(venir a Puebla y no probarlas es un pecado ok). Lo mejor del café, fue la atención muy agradable por parte de los meseros y la dueña nos ofreció una taza más de café, así que fue un placer. Los precios me encantaron, el café $ 25 pesos y las galletitas $ 5.