Nuestra Señora de la Merced

La historia de este templo comienza con la llegada de la orden que más adelante la construiría. Los religiosos mercedarios llegaron a la Nueva España en 1575, una vez en tierra se les concedió la ermita dedicada a los santos médico Cosme y Damián con la condición de que si se construíà la dedicación permanecería. En 1607 se demolió la ermita iniciando la construcción de un templo que llevó por nombre «Convento de San Cosme y San Damián del Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, Redención de los Cautivos».
La portada está hecha en cantera, el altar mayor es de corte neoclásico accediendo por debajo a la sacristía; las capillas están dedicadas a diferentes santos. Enormes y decorados arcos adornan su interior y el patio exterior es grande, precisamente por su origen como convento.