Templo de Nuestra Señora de la Merced

He visitado varias veces esta iglesia, puesto que si eres católico y buscas de una confesión, los padres de aquí no te regañan (hahaha) todo lo contrario son muy amables, eso si las filas gigantes que se hacen para que pases con un padre, son interminables, mucha gente suele venir durante semanas cercanas a una fiesta alusiva, eso si cuando terminas de confesarte, del lado izquierdo al fondo hay una pequeña capilla, en donde debes ir a rezar lo que se te haya sido solicitado.
Por otro lado hay misas cada hora, con diferentes padres, la iglesia en la mayoría de veces esta llena de personas, cuando tu entras del lado izquierdo del atrio hay una pequeña locación en la que puedes comprar cualquier tipo de objeto religioso, primordialmente veladoras, del lado derecho del atrio, hay una pequeña capilla donde exponen al «Santisimo» es decir tu puedes entrar y añorar tus penas con Dios, eso sí cuando salgas del lugar no debes dar la espalda, es decir debes salir caminando hacia atrás.
Cabe mencionar que por la zona en la que se encuentra, su fachada a sido muy descuidada, pero una vez que entras todo es diferente, en días de fiesta el atrio se convierte en un alojamiento de muchos puestos de comida tradicional poblana, como chalupas, tostadas etc.

Por mucho mi iglesia favorita, mi infancia la viví aquí pues mi abuela era cocinera de los sacerdotes y seminaristas, conozca cada rincón del templo como de la parte superior. Hay muchos pasadizos y accesos.
Es una iglesia que me transmite mucha paz, aún no descubro por qué, pero cada que entro siento demasiada tranquilidad.
El lugar es maravilloso, de estilo barroco; el altar parece de oro y la virgen tiene un semblante hermoso.
Es de las iglesias más visitadas en Puebla, aquí van mucho personas de pueblitos incluso sin problema alguno dejan entrar indigentes.
Me encanta que al salir de misa hay puestos de tamales, chalupas, algodones, papas, cemitas y miles de antojitos en la explanada, así como en la parte de afuera.
Bueno y ni qué decir de las Posadas, son lo máximo pues van muchos niños, regalan juguetes y siempre dan café y pan para cenar.

Cuando entré al atrio de este Templo me sentí de visita en un pueblito, hay demasiada gente y se ponen puestos de garnachas, chanclas, chalupas y hasta fruta con chocolate! (sólo recomendables para estómagos resistentes)
Me llamó la atención que hay hasta un puestecito en dónde hacen cortes de cabello a donativo.
Es una fiesta muy mexicana el atrio del Templo y una fiesta en donde lejos de sentirte invadido o «engentado» te sientes muy bien!
El interior del Templo es impresionante, sus arcos y su edificio central son enormes y sobre todo es un templo muy bien cuidado y conservado con mucho esmero. No me inaginé que en una zona con tanto comerció informal y tanta casa en malas condiciones hubiera un edificio histórico tan conservado y con tanta vida