Tamales y Atoles Lupita

¿Sientes que después de una guajolota de tamal oaxaqueño no hay mayor reto a tu paladar? Entonces, tienes que visitar este negocio. Doña Lupita, una señora bajita y siempre sonriente, te espera con los brazos abiertos, es realmente amable y aparte simpática y platicadora. Eso sólo es el inicio. Dale una oportunidad a su tamal de chocolate, es una delicia, llena de sabor y no sólo pintado de moreno, pero no te dejes llevar por las pequeñeces del lugar, haz hambre suficiente para los «tamales especiales» y pide uno de costilla en salsa verde. Para empezar, ese tamal tiene el tamaño de tres normales juntos, la costilla esta que se deshace de lo bien cocida por dentro y ligeramente frita por fuera. Jamás he probado un tamal tan delicioso que por sí sólo represente una comida completa. ¿Satisfecho?, espera, que aun falta que pruebes sus atoles, champurrados y arroz con leche. Si vas en domingo, ve temprano, se acaban antes de que pienses de qué va a ser el segundo.