Minero

Erase un frijolito al que le llamaron Flor de mayo. El frijolito creció y llegó la hora de que lo cocinaran. Pero alguien se dio cuenta de que el frijolito no duraría ya hervido. Y así se salvó. La cosa es que como los mexicanos comemos tantos frijoles y no podemos prescindir de ellos, alguien inventó un frijol que durara más, al que llamó Junio. Y hoy, gracias a eso, encuentras ambas semillas en este peculiar local del mercado, cuyo eslogan es «el rey del frijol de Portales».
Esos, y otros más. El frijol cacahuate, por ejemplo, llamado así porque cuando se cuece queda como un cacahuate. O el peruano, que se adoptó de aquel país y se dio para su cosecha en Sinaloa. También ayacote morado, rosita, soya, garbanzillo, negro de Puebla, negro de Veracruz (que es más chiquito), sangre de toro y vaquita, que efectivamente está pinto como una vaca suiza.
Si se lo pides a Antonio Minero, el dueño del negocio, te describirá amable y sonriente las características y el origen de cada tipo de frijol. Además vende otras semillas como alubia, alberjón, garbanza, haba pelada, trigo, lenteja, amaranto, maíz palomero y pozolero…