Cafe Monet

I remember this spot from 2013, it was better then. I’ve been twice this trip, weak service. cold hash browns, there are so many new places along the Anche, I will move along!

Excruciatingly slow service. Just about each and every time I’ve ever been there, which is about 5 in the past several months.
The prices are more than reasonable. The menu is decent. And if you prefer mas Americano then this is the spot.
However, bring your device, hook up to their wifi, and plan to wait a very long time.

Met up with friends for breakfast before heading out to Escondido hot springs. We chose this place because it opened at 7:30am (early for SMA) and was convenient to both of us. The service was fairly quick. I had a french press, something I hadn’t had since traveling. We both ordered an omelette and frankly it was pretty meh. There was no flavor — no herbs, just plain eggs that I question whether they even salted the. I got cheese, bacon and mushrooms — the bacon was the only ingredient with flavor (go bacon). The mushrooms were a huge disappointment — again zero spicing. And there was almost no cheese, which was disappointing because I like a cheesy omelette and because I paid per ingredient. I dumped a bunch of salsa and salt on it, which made it tolerable, but really for a «french» style restaurant, I expected some more sophisticated flavors. I would recommend it for perhaps the morning special, which as a coffee and one of 6 – 7 lighterdishes (bread, porridge, fruit and yogurt, etc)

Antes de visitar San Miguel de Allende ya había escuchado del lugar. Me dijo un amigo tienes que por lo menos tomarte un café. Un lugar muy cómodo, es algo formal con una decoración selecta para personas serias de buen gusto.
Desayunamos en este lugar, muy rico ! y el café tal cual como me lo recomendarón. Nos sentamos junto a la ventana donde podiamos disfrutar de la gente pasar en esta ciudad turistica y llena de vida. Este lugar es concurrido por personas extranjeras y es interesante porque conocimos una pareja que era de San Diego Ca. donde conozco muy bien, personas muy calidas y que les interesa conocer el lugar y su gente.
Me agrada que me atiendan como cliente distinguido pues este lugar es experto en eso. Tiene una barra muy enorme que le da al restaurant un tono muy clásico.

Si estás buscando un lugar rico para desayunar, te recomiendo que te des una vuelta por este sitio, pues el lugar es sumamente acogedor y la comida es más que apetitosa. También funciona como restaurante a la hora de la comida, pero es en la mañana cuando es más solicitado; de hecho, en fines de semana suele haber gente esperando mesa.
A pesar de que es frecuentado por muchos miembros de la comunidad de expatriados que viven en San Miguel, la carta incluye chilaquiles, enchiladas y los huevos al gusto que no faltan en cualquier restaurante mexicano; pero para mi gusto son el fuerte de este lugar son más los omelettes y sandwiches. El servicio no es el más rápido del mundo, pero la comida hace que valga la pena la espera. Yo probé ahí un bagel del salmón ahumado con queso crema y alcaparras (¡riquísimo!) y mi mujer unos huevos benedictinos que estaban para chuparse los dedos.
Uno de sus fuertes es la decoración de lugar pues hay varias obras de arte por todo el local y no tiene la disposición típica de un restaurante, sino que tiene varios espacios con diferentes ambientes. Algunos son salas de sillones de cuero y otros son mesas de madera que bien podrían haber estado en casa de mi abuela; aunque si quieres, también puedes comer en una barra. Es un lugar muy rico para pasar un rato tomando un café acompañado de un buen libro.

Espectacular decoración. Un lugar más acogedor será difícil encontrar. Su gusto en la decoración es impecable; a donde dirijas la vista hay una pieza de arte y cada mueble es diferente.
Usualmente está lleno de estadounidenses mayores por lo cual si vas con niños prepárata para recibir miradas-​cuchillo si se le ocurre a tu chiquito echar un gritito, tirar un cubierto o aventarse un sprint por el lugar.
A pesar de que la comida es muy rica y el lugar es increíblemente agradable, el servicio deja mucho que desear, si tienes prisa ni se te ocurra ir: tardan mucho en atenderte y no lo hacen de muy buena gana. La cocina y el salón están divididos únicamente por una barra alta así que la higiene y correcto manejo de estadares de preparación son evidentes. Es divertido e interesante observar la diferencia entre la eficiencia del personal de cocina y las «pachorras» de los meseros.
Tienen una barrita con panes dulces recién horneados muy ricos. El cappuccino es muy bueno y los huevos benedictinos son, a mi gusto, los mejores del pueblo.
Ideal para tomar un café y pasar el día leyendo.