Pues muy buenos! Me gustó el puesto pintoresco con lonas rojas tendidas en una esquina, las mesas extendidas con sillas y el tronco para trozar las carnitas al lado del puesto. Me senté por cuiriosidad violando una vez más mi regla de no comer en la calle. Me di cuenta de que no es lo mismo comer en la calle en Ciudad de México donde el simplemente el olor del aceite quemado es suficiente para enfermarme que acá en Tijuana. El puestecillo me pareció limpio, agradable, varios comensales se zampaban taquitos ya sea sentados o por las prisas parados recargados en la troca donde meten todo al terminar de vender. Me senté, pedí una sangría. Ricos, me eché otros dos después. Creo que fue una buena opción para matar el hambre y probar carnitas. Ya había visto otros puestos. En Tijuana he encontrado comida de todo tipo desde iraní, tacos al pastor, carnitas o pastes, así que decidí probar lo que ya conocía hasta el final, como las cartitas. Me gustaron. Seguro a ti también te laterán. Se ponen Todo el día.