Carib Kréol

I would have given this place four stars, honest to God, with hands on chest and everything because their food is delicious. I got the jerk pork which was a mix of heavenly rice with beans, some other sauces on plate, beautiful red chili on display and three big chunk of jerk pork that was very tasty. The waitresses were also very friendly and smiley (every time I’m on this Swedish side of the channel, I am always pleasantly surprised how service is much nicer here than in Copenhagen…) but…
the food took so long to come out! We were sort of in a hurry because we were going to watch a football match at the stadium and my food came out like 45 minutes later. Not cool, Carib Kreol — not cool! I had to eat in a hurry and stuff myself in the delicious Caribean goodness that could have been enjoyed much better in slower pace.
Maybe I will go here again next time, without any agenda on the side, because that wouldn’t work out.
Outdoor seating is nice and I heard their drinks were good, but the beer was meh. Go for the cocktails, I suppose.

When I came here it was a sunny day and I wanted to sit outside. This was a mistake, as the restaurant got busy inside and they forgot about us. Once we got the menus we didn’t see any servers for a while, and when we finally ordered it took a long time to get our food. I got the jerk fish; the fish itself was good with great flavour and it packed quite a bit of heat. The rice was ok, I would have liked a little more of it to douse the fire from the fish. The corn purée and the choucroute (?) were also nice. I didn’t really enjoy the mango aioli or the avocado crème, nor did I taste much avocado in the latter. We also shared a basket of accras, which were very nice. The drinks were decent, and at the expected Swedish prices. Nice place, but don’t go here when you’re hungry.

Very good food and wonderful service!
Interesting food with Caribbean flavored, was really pleasantly surprised by the wonderful taste.

La cosa no empezó bien. Teníamos mesa para ocho, y cuando llegamos al restaurante allí no había ni una pizca de espacio libre: minutos antes se había puesto a llover como si lo fueran a prohibir al día siguiente, por lo que toda la terraza se movió al interior del local. Nos pidieron paciencia durante unos segundos hasta que, movidos por el calor que hacía en el interior del local, pedimos que nos pusiesen en la terraza, incluso habiendo tenido reserva.
Nos sentamos en una mesa y pedimos cuatro mojitos en lo que esperábamos a las personas que faltaban… Mojitos que, por cierto, tardaron bastante en llegar, algunos incluso más que las bebidas de los que llegaron después. Incomprensible.
Pero entonces pedimos, y llegó la comida, con todos ya sentados a la mesa. Empezamos con unas Acras y unas Jerk Wings para compartir. Las jerk wings picaban como si viniesen del mismísimo infierno, pero estaban riquísimas. Encima, como las estábamos comiendo sin nada que llevarnos a la boca para beber, la sensación se acrecentaba aún más. Eso sí, estaban riquísimas.
De plato principal yo pedí el Jerk Chicken. También bastante picante, pero fenomenalmente bien cocinado, daba gusto comérselo. Venía con arroz y con crema de aguacate, y la verdad es que estaba absolutamente delicioso.
Una vez finiquitada la cena el restaurante se convierte más en un bar de cócteles, y como se había puesto a llover de nuevo, nos pasaron dentro. Ahí probé dos cócteles más: el Fidel Castro y la caipirinha. Los cócteles son de sobresaliente, son increíbles. Quizá de los mejores que he probado en mi vida. Y lo mejor es que todos guardan relación con el espíritu del local, son de inspiración caribeña, lo que me parece algo a tener todavía más en cuenta.
Eso sí, el servicio –un poco despistado– se confundió un par de veces al traernos la cuenta y cobrarnos por separado. Pero la lista era inmensa, y tuvieron muchísima paciencia haciendo las cuentas de lo que había tomado cada uno, así que ni siquiera me atrevo a quitarles la quinta estrella, porque no se lo merecen.
Si estás en Malmö, reserva mesa y ve, porque merece la pena.